Irina Shayk

Irina Shayk desafía todos los límites en Cannes: cómo ir en bragas y sujetador por la calle

El festival internacional de cine que se celebra estos días en Francia está dando (también) que hablar en lo que a estilismos de refiere. Si la modelo rusa ya desfiló en la alfombra roja con un escotazo de vértigo y un top bondage de cuero, ahora ha levantado polvareda con su outfit más arriesgado.

María Ruiz
23 de mayo de 2023

La tendencia de ahorrar centímetros de tela en los outfit está en la calle y en las pasarelas. A esta, se une la reivindicación en la moda de laropa interior que deja de ser eso, interior, y pasa a lucirse como primera y última capa en las indumentarias. Así, si sumamos ambos factores, el resultado es prendas mínimas que a veces dan el siguiente paso e invitan, directamente, a salir de casa en bragas como si tal cosa.

Hemos visto señoras que han sustituido los shorts (a veces minúsculos) por calzoncillos (véase Julia Fox, Bella Hadid y Kylie Jenner) y también hemos sido testigos de la moda 'no pants', en la que se prescinde de la falda o en pantalón. Pero ayer en Cannes, la modelo Irina Shayk se quedó a las puertas de la desnudez.

El look con el que Irina Shayk se paseó ayer pertenece a la colección Gucci Otoño 2023 y se compone de un conjunto de braga y sujetador, a modo de biquini mínimo, en color negro, con apliques metálicos que le daban sofisticación. Debemos añadir, en honor a la verdad, que el tejido simula ser transparente, pero no lo es. Esa opacidad esconde pocos pero decisivos centímetros de su anatomía.

La modelo, que epató con este estilismo, llevaba también un vestido de malla negra transparente, a juego con unos guantes por encima del codo y unas medias, también por encima de la rodilla. Lo más llamativo, después por supuesto del destape, fue un collar-gargantilla de brillantes muy king size, que hacía más contraste con lo reducido de sus prendas. Este complemento esencial estaba coordinado con los pendientes y un anillo.

El pelo suelto, los taconazos, el total black y el rouge de los labios, le daban a la modelo un aspecto ultra sexy, aunque para muchos, salir a la calle de esta guisa (por mucho que el Festival de Cannes sea el contexto) es pasarse un poco de vueltas. También es preciso añadir que las tiritas de las bragas hacían presuponer que no eran tales sino tanga, pero una imagen trasera de Irina lo desmiente:

Está claro que la modelo, de 37 años, está arriesgando estos días en Cannes, en los que está eligiendo prendas que cubren poco su cuerpo. Así lo demuestran estos dos otros looks, con los que acudió a la alfombra roja del Festival y a la fiesta Magnum, también en la ciudad francesa.

EL MUNDO