Pocos libros publicó en vida esta cuentista de insatisfecho corazón, en cierto modo un modelo de avanzada mujer contemporánea en muchas de sus actitudes, escindida por dentro, una de las cuentistas sutiles del XX. 'Felicidad y otros cuentos' (1921), al que inmediatamente seguiría 'Fiesta en el jardín y otros cuentos' (1922), demostraron cómo podía alcanzar éxito una narrativa de exquisita sensibilidad y de novedades de estilo en aquellos años. De sus variadas cualidades para la escritura destacan su acierto en recrear diálogos cotidianos y su facilidad para conseguir que los detalles no se degraden en hechos nimios: el acto de cerrar una puerta, la desazón de tenerse reproducida en un espejo alto, mirar un esbelto frutal en flor como se mira la representación de la dicha, una mosca caída en un tintero a la que un hombre de negocios aplasta, las sugerencias de dos fichas redondas sobre un tablero que se persiguen como seres vivos... hacen el eco de actitudes, decisiones o estados que contornean la narración, y más que decir resueltamente prefieren sugerir o mostrar. O si quien lee se deja subyugar descifra en ellos apuntes de simbología. Los relatos más maduros de Katherine Mansfield -la tuberculosis la privó de vivir más allá de los treinta y cinco años- seducen por quedar el desenlace apaciblemente abierto, aunque también pueda resultar un cierre en apariencia abrupto. Cuenta más la atmósfera, la temperatura, irónica en ocasiones, que la progresión, el goteo de la intriga. Lo sumergido, más que lo que flota. Leerla te hace testigo inmediato y ciudadano de su mundo y sus difíciles paraísos. Repelida por bastantes de quienes la trataron -hasta por su propia madre, hasta por otros autores menos innovadores- pero innegablemente admirada como narradora, la sentimentalidad de Katherine Mansfield se sucede en sus relatos hipersensibles y en los altibajos de su propia vida, plasmados a veces en sus narraciones. Admirables son sus relatos menos cortos.
Páginas
miércoles, 30 de noviembre de 2022
Juan José Millás / Una duda
Alex de la Iglesia / La mística del conocimiento
La “mística” del conocimiento
Cuál es la función de las páginas en blanco en los libros y por qué te cautivará
Lectores / Cuando un libro se nos cae
Cuando un libro se nos cae
Un 19% de las obras de narrativa general se abandonan antes de la mitad
17 AGO 2018 - 12:23 COT
¿Quién no ha tenido la tentación de abandonar una lectura comenzada? Esta acción no suele pregonarse, pero basta con que el tema surja en una red social (“No he podido terminar el libro X”) para que salten experiencias similares: “Yo tampoco pude con Y”, “A mí Z me ha resultado intragable”. La red social de lectura Goodreads hizo una de las raras encuestas que hay sobre el tema entre sus lectores (en inglés). En ella se vio cómo se habían caído de las manos de los lectores clásicos voluminosos, como Moby Dick o Ulises, aunque también se dejaron libros más breves, como Cincuenta sombras de Grey. En las redes sociales españolas se han visto recientemente lectores que anunciaban que dejaban la lectura de Solenoide, extensa novela (800 páginas) de un famoso escritor rumano, aunque inmediatamente surgían otros que manifestaban el placer que tenían con ella. También es muy frecuente que se deje una obra y años más tarde se retome para terminarla. En busca del tiempo perdido, de Proust, es un caso típico. El impulso para leer un libro puede ser su prestigio antiguo (clásicos) o su actualidad (obras de moda), pero de nada servirán si los lectores no lo encuentran atractivo o interesante. Y ese juicio puede ser muy personal.
martes, 29 de noviembre de 2022
Katherine Mansfield / El barón
Ilustración de Triunfo Arciniegas |
Katherine Mansfield / Para leer despacio
El mundo frágil de Katherine Mansfield
El mundo frágil de Katherine Mansfield
27 de junio de 2019
Juan Villoro / Malcolm Lowry
Malcolm Lowry |
lunes, 28 de noviembre de 2022
Virginia Woolf / Katherine Mansfield / Una mente tremendamente sensible
Katherine Mansfield |
Prólogo a "Diario" de Katherine Mansfield
Middleton Murry dice que los más notables escritores ingleses de relatos cortos están de acuerdo en admitir que Katherine Mansfield era una narradora hors concours (fuera de concurso). Nadie la ha superado y ningún crítico ha sido capaz de definir cuál era su especial cualidad. De todos modos el lector de su diario no tiene porqué preocuparse por tales cuestiones. Lo que nos interesa en el diario no es la calidad de su escritura ni el grado de su fama, sino el espectáculo de una mente -una mente tremendamente sensible- que recibe, una tras otra, las azarosas impresiones de ocho años de su vida. Su diario fue una compañía mística. "Acércate, tú, invisible, desconocido, hablemos los dos juntos", dice al iniciar un nuevo volumen. En el diario, Katherine Mansfield fue anotando hechos -el tiempo, un compromiso-; pergeñó escenas; analizó su propio carácter; describió una paloma, un sueño o una conversación; no podía haber nada más fragmentario, más privado. Tenemos la impresión de estar contemplando una mente que se halla a solas consigo misma; una mente que piensa tan poco en un público que de vez en cuando recurre a una especie de taquigrafía particular, o tal como acostumbra hacer el pensamiento en su soledad, se divide en dos y habla consigo mismo. Katherine Mansfield habla de Katherine Mansfield.
domingo, 27 de noviembre de 2022
Paul Bowles, el cronista de la huida
Paul Bowles, el cronista de la huida
BIOGRAFÍA
El autor de 'El cielo protector' hizo del desplazamiento y el desamor su materia literaria
"Casi todas las noches suenan los tambores. Nunca me despiertan; los oigo y los incorporo a mi sueño como las llamadas nocturnas de los muecines. Aun cuando en el sueño esté Nueva York, el primer Allah akbari borra el telón de fondo para trasladar lo que sea a África del Norte, y el sueño sigue...". Viajero permanente, anfitrión en Tánger de William Burroughs y Jack Kerouac, personaje esquivo y mítico de la generación beat, el escritor y compositor Paul Bowles supo encarnar como nadie el "sueño de Tánger".
Paul Bowles bajo el cielo protector
Paul Bowles |
Paul Bowles bajo el cielo protector
BIOGRAFÍA
En la primavera pasada, sonaba la música de Paul Bowles en el Instituto Municipal del Libro de Málaga durante unas jornadas consagradas a recordar a quien fuera su larga compañera, la también escritora Jane (Auer de soltera).
TONI MONTESINOS
22 de diciembre de 2010
Juan Goytisolo / Tánger, Burroughs y la ‘beat generation’
Tánger, Burroughs y la ‘beat generation’
La atracción de lo vedado es un ingrediente esencial del mito tangerino creado en por el cine y la literatura. El Estatuto Internacional de la ciudad brindaba a los creadores la posibilidad de una vida más libre y auténtica
En su excelente ensayo titulado Librerías,el novelista Jorge Carrión traza la historia de las que fueron un faro cultural en el siglo que dejamos atrás en las cinco partes del mundo. Como no podía ser menos en sus páginas figura en buen lugar la Librairie des Colonnes de Tánger con el círculo de escritores y artistas que la frecuentaron en la época de su Estatuto Internacional y los años subsiguientes a la independencia de Marruecos: el capítulo que le dedica da buena cuenta de la imantación que ejerció en ellos. Recuerdo que la primera vez que puse los pies en la ciudad me detuve a contemplar su escaparate con un incentivo muestrario de la mejor literatura en francés y en inglés pero también de algunas obras en castellano publicadas no en España sino fuera de ella: las de la editorial Ruedo Ibérico cuya difusión estaba prohibida en la Península.
sábado, 26 de noviembre de 2022
Paul Bowles / Déjala que caiga / Geografía y hastío
Geografía y hastío
Déjala que caiga, de Paul Bowles
Pero éste no es un halago fácil o rebuscado de esos que encumbran la obra de escritores que se han vuelto leyendas —si es que las leyendas todavía tienen peso en una época como la actual—. Es más bien una forma de decir que su escritura no es para todos y, definitivamente, no para mí.
¿De dónde viene esta sensación de hastío? Irónicamente, de la que es aclamada como una de sus mejores obras: Déjala que caiga (Alfaguara, 1980). La novela está trazada de principio a fin por el tema central en la escritura del neoyorquino por nacimiento y tangerino por antonomasia: un personaje que se siente vacío con su vida cotidiana de pronto se da cuenta de que su existencia carece de sentido, por lo que se asume perdido y derrotado. A partir de este descubrimiento se entrega, con los brazos abiertos y los ojos cerrados, a una aventura que le da un giro abismal a las cosas.
Paul Bowles / La vida es algo peor
Paul Bowles / La soledad es un estado perfecto
Paul Bowles Foto de Dora Carringdon |
Matthew Sharpe / Contra Paul Bowles
Breviario
La falla de Paul Bowles
El Malpensante N° 41
viernes, 25 de noviembre de 2022
En defensa de Paul Bowles ante las acusaciones de Mohammed Mrabet
Paul Bowles |
En defensa de Paul Bowles ante las acusaciones de Mohammed Mrabet
Rodrigo Rey Rosa responde a Mohammed Mrabet, quien la semana pasada acusó a Paul Bowles en una presentación celebrada en Madrid de no pagarle "un franco" por sus libros conjuntos y le calificó de "hijo de la gran puta"
Rodrigo Rey Rosa28 de noviembre de 2019
Como heredero literario de Paul Bowles me entristece leer las acusaciones de Mohammed Mrabet, que no tienen ningún fundamento, publicadas el viernes pasado en este diario.
Viví varios años en Marruecos, entre 1980 y 1994, y fui testigo de la amistad y la prolífica colaboración entre Mohammed Mrabet y Paul Bowles. Sé que Bowles estaba orgulloso de ser una especie de transmisor de historias y de música de Marruecos a Occidente. Como muchos sabrán, Bowles grabó y tradujo el trabajo de varios narradores marroquíes además de Mrabet, como Ahmed Yacoubi, Driss ben Hamed Charhadi, Choukri y Abdeslam Boulaich (Five Eyes, Black Sparrow Press, Santa Barbara, 1979), y es responsable de la colección de música tradicional marroquí Music of Morocco (The Library of Congress, 1959). Algunas narraciones de Bowles tienen el influjo de la tradición oral marroquí, pero decir que Bowles «robó» sus historias a Mrabet o a Choukri es incurrir en una difamación.
Mohamed Mrabet / "Paul Bowles fue un hijo de la gran puta. No me pagó ni un franco"
Mohamed Mrabet: "Paul Bowles fue un hijo de la gran puta. No me pagó ni un franco"
Cabaret Voltaire recupera los 13 libros, incluido uno inédito, que publicó el escritor estadounidense con las historias que le relató el cuentacuentos marroquí
Manuel Llorente
Madrid, 22 de noviembre de 2019
«Conocí a Jane Bowles en una fiesta de americanos. Estaba sola, con un vaso en la mano, fumando y debajo de un árbol. Le pregunté por qué estaba sola y me dijo que su marido se había ido a Argelia a grabar música. 'Aquí las mujeres sólo hablan de jóvenes guapas, y los hombres de jóvenes guapos'. Le conté una historia y luego otra, y se rio. La ayudé a incorporarse porque estaba muy enferma. Bebía dos o tres litros de vino al día y fumaba cuatro o cinco paquetes de cigarros. Él [Paul Bowles] no se preocupaba por ella, la trataba como a un trapo de cocina».