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viernes, 10 de diciembre de 2021

Richard Price /«Me gusta que el lugar sea el tercer personaje»




Richard Price: «Me gusta que el lugar sea el tercer personaje»

Conversará hoy en el CaixaFòrum de Barcelona sobre las nuevas formas de narrar en la era de la imagen.

Mercedes Jansa
17 de febrero de 2010


–Su nueva novela, La vida fácil

–No creo que sea así. Uno escribe sobre lo que reconoce. He nacido en el Bronx y ahora vivo en Harlem, procedo de una familia de clase trabajadora y eso forma parte de mí, no puedo negarlo. Pero esta historia la localizo en el Lower East Side, un barrio de Manhattan. Me gusta que en lo que escribo el lugar sea como el tercer personaje. Además, no hay solo una Nueva York, hay miles. ¿De qué ciudad estamos hablando, de la de Woody Allen, la de Don DeLillo o de la de Spike Lee?

–Multicultural.

–No me gusta esa palabra.

–¿Por qué?

–Porque es políticamente correcta. Prefiero hablar de multigente, de un mosaico o simplemente de culturas y personas variadas y diversas.


–El libro se abre con una asesinato y se cierra con una detención. Entremedias desfilan multitud de personajes. ¿Por qué ha preferido un reparto coral?

–Quería abarcar un mundo en su totalidad, en un barrio que ha cambiado mucho en los últimos años y he tratado de dar a cada personaje su momento estelar porque es un barrio muy diverso.

–Son personajes a la vez despiadados y buenos.

–Siempre me han atraído los elementos más duros de la supervivencia porque ya hay demasiados escritores importantes que nunca han abandonado el terreno de los ricos. Todos tenemos una doble cara. Alguien me ha dicho, aunque no soy consciente de ello, que en ese choque hay una cierta carga de castigo y de sentimiento de culpabilidad.

–El género de intriga, ¿se adapta mejor a sus intenciones?

–Para mí, el crimen es secundario. Los delitos y los detectives me permiten hablar de los personajes y del entorno. Ni siquiera me gusta la novela negra.

–¿Se considera un escritor del realismo social?

–No, aunque reconozco mi empatía por los que menos tienen. Ese mundo es el telón de fondo emocional con el que he decidido escribir. Mi punto de vista político es humanista de izquierdas, a la manera tradicional, por definirlo de alguna manera. Si tuviera que escribir sobre la crisis económica, por ejemplo, me centraría en una familia que la sufre, no en lo que hace Obama.

–Una de las características de su escritura es que es muy visual.

–Si pudiera meterme una cámara en la cabeza, no escribiría una sola palabra. En las novelas me gusta contar las historias como un periodista, como si fuera un testigo con una cámara.

–¿Tiene una manera de trabajar distinta se trate de una novela o de un guión de televisión o de cine?

–No, pero me responsabilizo íntegramente de mis novelas, no así de los guiones. Estos los entrego a los productores y a los directores, que se encargan de destrozarlos. Estoy a su merced porque tengo que pagar las facturas. En resumen, soy padre de mis novelas y huérfano de mis guiones. Las novelas son mi vida.


–Creo que alguna vez ha acompañado a las patrullas nocturnas de la policía de Nueva York. ¿Cómo ha sido la experiencia?

–Llena de emociones y muy excitante. Me absorbe tanto la experiencia, tan metido estoy en lo que veo, que no tengo ni miedo. Mi curiosidad es inagotable. Me interesan las conversaciones y las relaciones entre la policía y los delincuentes.




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