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jueves, 15 de agosto de 2019

Graham Greene / El final del affaire / La noche oscura


Julianne Moore (Sarah) y Ralph  Fiennes (Maurice Bendrix)
El final del affaire

Graham Greene: El final del affaire


LA NOCHE OSCURA




Graham Greene: El final del affaire.

Traducción de Eduardo Jordá. Epílogo de Mario Vargas Llosa Los Libros del Asteroide. Barcelona, 2019. 320 páginas. 21.95 €. Libro electrónico: 12, 99 €. “Nunca volvió a estar tan cerca de la obra maestra Graham Greene como en El final del affaire”, certifica Mario Vargas Llosa en el epílogo que enriquece este volumen, donde se nos ofrece una nueva y excelente traducción de esta imprescindible novela, exploración de la complejidad del amor y de la fe, del autor de “El poder y la gloria”.

Por Ángela Pérez
16 de junio de 1919

“Qué retorcidos somos los seres humanos, y eso que dicen que hemos sido hechos a imagen y semejanza de un Dios; pero me cuesta mucho hacerme a la idea de un Dios que no sea tan sencillo como una ecuación perfecta, tan claro como el aire”, señala Maurice Bendrix, protagonista y narrador en primera persona de El final del affaire, de Graham Greene (Berkhamsted, Inglaterra, 1904-Vevey, Suiza, 1991), aparecida originariamente en 1951, y que es la primera obra que el autor británico escribe con esa fórmula narrativa, influido por Grandes esperanzas, de Charles Dickens, que estaba leyendo en 1948, momento en el que comenzó a elaborar esta obra, que ahora felizmente recupera Libros del Asteroide en una nueva y excelente traducción del novelista y poeta Eduardo Jordá y con un brillante epílogo de Mario Vargas Llosa.


Esa afirmación de Bendrix sobre el retorcimiento de los seres humanos, sin duda muy cierta, puede aplicarse especialmente a él mismo. Maurice Bendrix es uno de los personajes más logrados y complejos del universo Greene, no exento de figuras llenas de aristas, lo que otorga a la producción del autor de El poder y la gloria -quizá su novela más célebre, aunque no le vayan a la zaga otras como El tercer hombre, El americano impasible El factor humano- una gran riqueza y la convierte en imprescindible en las letras, no solo inglesas, del siglo XX.
LOS CELOS DE BENDRIX

En el Londres de 1946, cuando la capital de Gran Bretaña todavía no ha olvidado la guerra, durante la cual fue objeto de feroces y sistemáticos bombardeos por parte de la aviación nazi, y está restañando las heridas Maurice Bendrix es un escritor que entró en contacto con Henry Miles, subsecretario del Ministerio de Pensiones, y su mujer, Sarah, a raíz de documentarse para escribir una novela sobre el mundo de la diplomacia y la política. Desde ese momento, ha pasado tiempo y Bendrix se encuentra casualmente con Miles. En la conversación que mantienen, Miles le cuenta su preocupación y sospecha de que Sarah le está siendo infiel. Y, paralelamente, descubrimos que en su día Bendrix y Sarah fueron amantes. Ahora, ante la confesión de Miles, a Bendrix se le ocurre que contratará a un detective para que siga a su antigua amante para averiguar quién es con quien mantiene un nuevo affaire. Curiosamente, es Bendrix, más que Miles, el que se nos revela poseído por unos celos con mucho de patológicos. No solo del marido de Sarah, sino también, y quizá mucho más, de ese posible nuevo amante.

LA NOCHE OSCURA

En esta novela, Graham Greene urde una trama construida como un mecanismo de relojería, perfectamente orquestada, donde explora lo mucho de tortuoso que contienen las relaciones amorosas, que muchas veces nos arrastran a una “noche oscura”- expresión que aparece en español en el original-, y la delgada línea que separa el amor del odio –y no únicamente en las relaciones sentimentales-, factor este último que se activa en Bendrix con especial intensidad transcurridos unos años: “El odio parece actuar sobre las mismas glándulas que el amor; incluso genera los mismos actos. Si nos hubieran enseñado a interpretar la historia de la Pasión, ¿habríamos sido capaces de adivinar, juzgando solo por sus actos, si la persona que amaba a Jesús era el celoso Judas o el cobarde Pedro?, reflexiona Bendrix.

Por otro lado, El final del affaire incluye varias consideraciones en torno a la labor creadora y el oficio del novelista -no olvidemos que Bendrix es un escritor-, que nos dan pistas sobre la manera en la que el propio Greene las encaraba. “Una gran parte del trabajo del novelista, como ya he dicho, tiene lugar en el inconsciente, y es en esas profundidades donde se escribe la última palabra antes de que aparezca sobre el papel. No es que inventemos los detalles de nuestra historia, sino que los recordamos”, apunta Bendrix: entre otras observaciones, empezando por el logrado comienzo de la novela: “Una historia no tiene ni principio ni fin: uno elige arbitrariamente un momento de la experiencia desde el cual mirar hacia delante o hacia atrás”.

Y, naturalmente, como no podía ser de otro manera en Greene, subyace el asunto de la fe, como muy bien recalca Vargas Llosa en su magnífico análisis de la obra: “En verdad, el tema profundo de El final del affaire, que la torturada relación de Bendrix con Sarah sirve para ilustrar, es si Dios existe y su existencia, tal como está concebida por la teología católica, es compatible con una vida que no exija de los creyentes el heroísmo, la santidad, que congenie con los vaivenes y quebrantos de la normalidad”. La complejidad del catolicismo de Graham Greene, que abrazó en 1926, vuelve a manifestar en esta narración que John Updike calificó de “tan profunda, intensa y turbadora como una mirada penetrante” y sobre la que Mario Vargas Llosa certifica: “Nunca volvió a estar tan cerca de la obra maestra Graham Greene como en El final del affaire”.



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