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viernes, 8 de septiembre de 2017

Julieth Restrepo / La Bella


Julieth Restrepo. / Fotos: Ricardo Pinzón © Revista GENTE Colombia.

Julieth Restrepo
LA BELLA
Fotos de Ricardo Pinzón
6 DE MAYO DE 2011
Ganadora del Premio TVyNovelas a Mejor Actriz de Reparto por la telenovela ‘A Mano Limpia’ esta joven actriz paisa (24 años), quien fue ‘GENTE Nueva’ en el primer número de Revista GENTE Colombia –publicado en julio de 2008– y luego se metió en el papel de Remedios ‘La Bella’ en un especial fotográfico con el que le rendimos tributo a ‘Cien años de soledad’, se reafirma como una de las grandes revelaciones de la televisión colombiana. Los dejamos con este artículo y una sensual sesión fotográfica (publicados en nuestra edición de marzo de 2011). Una belleza y una nota ligera para que se relajen y olviden esta semana de noticias tan duras.

Las mudanzas son un estado de transición extraño. Pasado y presente se juntan en el camión del trasteo, que más que un vehículo cualquiera, en ese instante, repleto de cosas, es como una nave del tiempo. En el viejo hogar se quedan los rastros, las manchas, las colillas, el goteo del lavamanos que el fontanero nunca pudo arreglar; los rezagos de una vida anterior. En el nuevo hogar aguardan las paredes blancas, las repisas por llenar, las cajas desordenadas y una extraña sensación de vacío. Mudarse es un nuevo comienzo. Y Julieth Restrepo (Medellín, 1986) está en plena mudanza. “Yo creo que los trasteos sirven para reorganizar la vida”, dice la joven actriz que interpreta a la psicóloga Luisa Fernanda Márquez en la telenovela de Canal RCN, A mano limpia. “Igual, me pasé muy cerca de donde vivía”. Ahora está diez cuadras más al norte de Bogotá y un piso más abajo (en el sexto) pero continúa en las fronteras de ese microcosmos llamado Chapinero. “Del barrio no me muevo”. En su nuevo apartamento todavía hay mucho por ordenar.

Julieth Restrepo. / Fotos: Ricardo Pinzón © Revista GENTE Colombia.
Los cambios no son nuevos para la paisa que interpretó a la oscura Tulipán en el filme Al final del espectro y que luego fue la noble Amatista de Verano en Venecia. Sus padres, Sol María Correa (secretaria) y Luis Fernando Restrepo (taxista), se mudaban con frecuencia. “Ahora viven en Vista Hermosa, pero perdí la cuenta de las casas y los barrios por los que pasamos: La Milagrosa, El Salvador, Buenos Aires…”. Hoy su zona es Vitelma, al suroriente de Bogotá donde, desde hace casi un año, graba su actual telenovela. Julieth llega a las grabaciones manejando su Clío negro —“es mi primer carro, lo compré con la plata que me he ganado; ahora estoy ahorrando para comprarles una casa a mis papás”—, el que conduce portando un pase con algunas restricciones por tener miopía y astigmatismo, mientras escucha uno de los discos compactos que compra por Internet: “No trato de quedar bien con la industria discográfica, simplemente, no sé cómo se descarga música pirata”.
Al llegar, una corte de decenas de niños estudiantes del sector se acercan a saludarla: “¡prooooofe!, ¡profe!, ¿y dónde está el Baby?”, le preguntan por el chico del que se enamora en la historia. Es la primera vez en la carrera de Restrepo que los televidentes la reconocen sin hacer mayores esfuerzos de asociación mental. El mejor termómetro de su popularidad es su nominación a los Premios TVyNovelas (votados por el público) en la categoría de Actriz de Reparto de Telenovela. “Esa visibilidad vino con A mano limpia. No tengo problema con que la gente me grite en la calle el nombre de mi personaje: ‘¡Luisa!, ¡Luisa!’, pero cuando se me acerca alguien y me dice: ‘Hola Julieth’, entro en pánico, es como, ‘¡ah!, ¿y este por qué sabe mi nombre?’. No soy de las que van a un lugar público para exhibirse, le huyo a todo eso y no es por agorafóbica, simplemente, prefiero mantener un bajo perfil todo el tiempo”.

Julieth Restrepo. / Fotos: Ricardo Pinzón © Revista GENTE Colombia.
Ser popular tiene sus problemas. La locura desbordada de sus fanáticos puede llegar a ser una molestia. Hasta hace unas semanas la actriz logró que se cerrara una cuenta de Twitter que llevaba su nombre, pero que no había sido creada por ella. “Me clonaron, alguien se hizo pasar por mí. Y hasta tenía el descaro de inventarse mi itinerario: ‘Estoy en grabación’, ‘Aquí, con el Baby’, escribían. Falso, porque, y que quede claro, yo no tengo Twitter, solo Facebook y eso que hubo un tiempo que dejé de utilizarlo”.
Clara y sexy
Julieth mide 1,70 metros, tiene piernas y brazos largos, mueve las manos con gracia cuando conversa (habla sin ahorrar palabras), no les hace gambetas a las preguntas personales pero sabe poner límites. Es racional, metódica, a veces explosiva y delicadamente sexy. Es decir, no es una bomba sexual, pero es de esas mujeres que te puede poner nervioso con un guiño o una media sonrisa. Su sensualidad no está en una minifalda (aunque aquí se ve muy hot en mini), está en la manera de gesticular y sugerir. “Antes de interpretar a Luisa yo era muy insegura. Con el tema físico era insufrible, me daba pena que la gente me dijera que soy sexy, de hecho, yo salgo a la calle con una chaqueta que me cubre de pies a cabeza, no soy amiga de los escotes, pero si eso es lo que tengo, pues ya no me atemoriza que me miren, aprendí a gustarme como soy; estoy más fresca. Pero los cambios que he tenido no se limitan a aceptarme físicamente, ahora hablo más tranquila, sin rodeos, aunque el tema de la claridad me entró a la fuerza. No sé, antes me quedaba callada, ahora no me guardo nada. ¡Está bien decir las cosas! Por eso prefiero y valoro a la gente que me critica de frente y no a la que solo me echa piropos para acercarse a mí”.

Julieth Restrepo / Fotografía: Ricardo Pinzón © Revista GENTE Colombia
Sábado en la tarde. El camión de la mudanza (esa nave del tiempo) ya se marchó. Hay docenas de cajas abiertas en el nuevo apartamento de Julieth. Se ven dos marranitos-alcancía, discos, películas de Almodóvar, una foto de ella. En el piso hay un iPod y varios cables regados sobre el tapete. Hoy comienza otra etapa. “¡Casa nueva!”. La admiradora de Anne Hathaway y Natalie Portman repasa lo conseguido en este tiempo: sus papeles en Verano en Venecia, La bella Ceci y el imprudente, sus personajes en la película Broken Kingdom, en el documental ¿Qué hay para la cabeza?, en el corto Yo maté a Gaitán, la gran posibilidad de comenzar otro rodaje a mediados de este año y el casi seguro alargue de A mano limpia. “Mucha gente dice que hacer televisión es como preparar empanadas, que solo se piensa en grabar y grabar para cumplir con la cuota del día y que este medio te consume la vida. No lo siento así, estoy muy agradecida con la ‘tele’ y, sobre todo, con mi papel actual. En Vitelma, más que actores, ya somos parte del barrio. No sé, a veces me levanto y me pregunto: ¿de verdad me pagan por hacer esto?”.
Julieth, ex voleibolista, fanática de la serie Glee, máquina del baile (“poco de rumba, pero si salgo es para bailar hasta que caiga la última gota de sudor”) y pintora, también ha tenido una mudanza sentimental. A su nuevo apartamento se suma un nuevo amor: “No pertenece a esto que llamamos ‘el medio’. Lo que busco es alguien que, más allá de cualquier cosa, me quiera como soy, y que respete mi oficio. Me da igual que trabaje en un circo o que venda flores, si puede darme tranquilidad. Antes pensaba demasiado en el futuro, hoy vivo el día a día; soy más fresca. De ser tan pasional solo me quedó un enorme desgaste”.
GENTE


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