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martes, 28 de febrero de 2017

Dylan Penn / La escritora que no quería desnudarse


La escritora que no quería desnudarse

Dylan Penn no quería posar sin ropa para 'Playboy'

Y aquello que no ha hecho se ha convertido en más importante que lo que sí ha hecho

Ha sido el debut más anecdótico del año


TOM C. AVENDAÑO
21 MAR 2014 - 12:29 COT


La hija de los actores Sean Penn y Robin Wright rechaza la oferta de Playboy de convertirse en una de las conejitas de su portada.




¿Cuánto cuesta su desnudo?

Dylan Penn era una aspirante a guionista que hacía de modelo para pagarse las facturas, pero hace poco llegó la oportunidad de poner la palabra desnuda en un titular junto a su nombre y el fino equilibrio de su existencia se le ha venido abajo abajo. De repente, Dylan Penn pasó a ser “la hija del actor Sean Penn (y Robin Wright), que es modelo”, así como sintagma nominal. La historia detrás de esa transición es exigua: hace pocas semanas, Playboy le ofreció a esta joven de 23 años una suma (110.000 euros, según los mentideros) por aparecer en su portada sin más ropa que el uniforme de conejita y ella se negó. Se la intentó tentar comparando su hipotética sesión de fotos con la que, en enero, Kate Moss había celebrado el 60º aniversario de la revista. Nada. Dylan Penn no quería desnudarse. Y como se trataba de un desnudo, y como la actriz tiene el físico que su madre, Robin Wright, tenía a su edad en La princesa prometida, aquello que la chica no había hecho se convirtió en mucho más importante que lo que sí. Ha sido el debut menos voluntario y más anecdótico del año. Pero ha sido un debut.



¿Y su debut como guionista?

Dentro de la categoría de lo que sí ha hecho Dylan Frances Penn con su vida lo más destacado y reciente es una sesión de fotos de la revista GQ de diciembre. En varias e impresionantes imágenes, la joven mostró su saber hacer ante una cámara, fue vista por más ojos de los que jamás se habían posado sobre ella y se acercó más al lado de modelo que al de guionista. Lo cual era cuestión de tiempo, porque por cada sesión de fotos que hace, su opus como escritora sigue vacío. La vocación le vino cuando una noche, de pequeña, sufrió un ataque de pánico sola en su casa. Cuando llegó su madre y se la encontró así tomó una medida tan tierna como cuestionable: metió a la niña en la cama y le puso Annie Hall, de Woody Allen. Años después, sigue recordando ese día como aquel en el que empezó todo.



¿Y en qué más ha andado?

Otra forma que han encontrado los medios de hablar de Dylan Penn antes de que fuera necesario fue centrarse en sus amores -como Steve McQueen, el nieto del icono cinematográfico del mismo nombre y protagonista de The vampire diaries- o inventárselos, como pasó con Robert Pattinson (el de Crepúsculo, en otra era) y como ella no ha dejado de negar incansablemente desde entonces.

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