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miércoles, 1 de febrero de 2017

Óscar Chávez / Llorona



Óscar Chávez
LLORONA


La pena y la que no es pena, Llorona,
todo es pena para mí.
Ayer penaba por verte, Llorona,
y hoy peno porque te ví.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona, llévame  a ver
donde de amores se olvida
y se empieza a padecer.

Alza los ojos y mira, Llorona,
allá en la mansión oscura,
una estrella que fulgura, Llorona,
y tristemente suspira.
Es Venus que se retira, Llorona,
celosa de tu hermosura.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona que sí, que no.
La luz que me alumbraba, Llorona,
en tinieblas me dejó.

Dicen que el primer amor, ay Llorona,
es grande y es verdadero,
pero el último es mejor, ay Llorona,
y más grande que el primero.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona, dame una estrella.
Que me importa que me digan, Llorona,
que tú ya no eres doncella.

Las campanas claro dicen, Llorona,
sus esquilas van cantando.
Si mueres, muere contigo, Llorona,
si vives te sigo amando.
Es cierto lo que te digo, Llorona.
Puedes publicarlo en bando.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona, de la alta cumbre.
Yo soy como los arrieros, Llorona,
llegando ya siendo lumbre.

No me llores cuando muera, Llorona,
ni cuando me veas tendido.
Llórame si tú me quieres, Llorona,
ahora que yo estoy vivo.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona, yo te pidiera
que tu huipil de brocado, Llorona,
me cubra cuando yo muera.

Tus trenzas causan despecho, ay Llorona,
no por negras ni sedosas
sino porque son dichosas, Llorona,
cuando ruedan por tu pecho.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona de mi ensoñación.
En tus dos hermosas trenzas, Llorona,
se quedó mi corazón.

Cuando entrabas por la iglesia, Llorona,
te divisó el confesor.
Se le cayó la custodia, Llorona,
porque temblaba de amor.

Ay, de mí, Llorona,
Llorona de azul delirio.
El que no sabe de amores, Llorona,
no sabe lo que es martirio.

A mí el confesor me dijo, Llorona,
que te olvide y no te quiera.
Suspirando yo le dije, Llorona:
Ay, padre, si usted la viera.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona de azul celeste.
Aunque la vida me cueste,
no dejaré de quererte.

No es extraño que las olas, Llorona,
traigan perlas a millares,
si a las orillas del mar, ay Llorona,
te vi llorar la otra tarde.

Ay, de mí, Llorona,
Llorona de cuando en cuando.
Sólo que la mar se seque, Llorona,
no me seguiré bañando.

Sé que te vas a casar, Llorona,
anda con Dios, bien mío.
Por el tiempo que ande ausente, Llorona,
no bebas agua del río.
ni dejes amor pendiente, ay Llorona,
como dejaste al mío.

Ay, de mí, Llorona.
Llorona, llévame al río
a ver si sus aguas juntan
tu corazón con el mío.






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