y los secretos de un escritor
El Nobel presenta 'Cinco Esquinas' y revela sus métodos de escritura ante una multitud en la Feria del Libro de Buenos Aires
FEDERICO RIVAS MOLINA
Buenos Aires 7 MAY 2016 - 16:39 COT
Mario Vargas Llosa presenta su novela 'Cinco Esquinas' en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires EFE
Todo comienza con un “fantaseo”. De allí nace un
esquema que sirve de guía y luego sólo se trata de trabajar duro por las
mañanas. Así de simple parece ser el proceso creativo de Mario Vargas Llosa, el
último Nobel latinoamericano y “leyenda viva” de la literatura, como lo llamó
el periodista Jorge Fernández Díaz antes de invitarlo al escenario en la Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires. El escritor peruano sedujo con la
palabra a más de 1.000 personas que colmaron la sala Jorge Luis Borges, que
quedó pequeña para aquellos que debieron conformarse con ver a Vargas Llosa por
pantalla gigante, fuera del recinto. "Siempre es misterioso como nacen las
historias que escribo. En la novela surge de pronto una imagen que está en la
memoria, algo que nace en un hecho vivido y poco a poco va generado un
fantaseo, como el embrión de la historia, hasta que empiezo a tomar notas. Ese
ha sido el proceso de
todas mis historias”, reveló el Nobel.
En la sala el silencio era absoluto y la atención
constante. Como es costumbre, el escritor peruano no rehusó tema alguno y fue
generoso. Criticó a la candidata a la presidencia de Perú Keiko Fujimori,
celebró las políticas de mercado del presidente de Argentina, Mauricio Macri,
y, sobre todo, disparó dardos venenosos contra la prensa sensacionalista, eje
de su última novela,Cinco Esquinas (2016 – Penguin Random House). “Uno de los
problemas que trae ser víctima del periodismo amarillo es que la vida es más
complicada. Tienes que protegerte”, dijo, en referencia al acoso mediático que
padece desde que decidió separarse de Patricia Llosa y armar una nueva pareja
con Isabel Preysler, quién se encontraba sentada entre el público.
Hablar de Cinco Esquinas fue, justamente, la excusa
que llevó a Vargas Llosa a la Feria del Libro. “Cinco Esquinasrelata cómo fue
la utilización del periodismo amarillo para intimidar a los opositores del
régimen de [Alberto] Fujimori (1990-2000). [Vladimiro] Montesinos [ministro
todopoderoso de Fujimori] contrataba a periodistas y la función de estos
pasquines era bañar en la mugre a los opositores. Quería escribir una historia
que mostrará esta deriva del periodismo”, contó el escritor.
El público pudo conocer entonces como Vargas Llosa
a veces pierde el control de los personajes, como le sucedió con Retaquita,
heroína de Cinco Esquinas. “Iba a ser un personaje menor y como me ha ocurrido
otras veces se fue imponiendo, se me infiltraba. Le tuve cariño por que el
personaje nace en la miseria y se abre en la vida con el periodismo amarillo y
vi que había una decencia que pugnaba por salir a la luz. Cuando esa decencia
aflora la lleva a actuar en contra de sus credenciales de periodismo amarillo”
contó Vargas Llosa. Lo mismo le sucedió con Juan Peineta, “que debía ser secundario
y se impuso casi como central”. “Es interesante perder el control de la
historia porque hay fuerzas que la van empujando hacia lugares inesperados”,
dijo.
Vargas Llosa explicó también que enCinco Esquinas
utilizó un “lenguaje transparente”. “Por las cosas que ocurrían en la historia
y las cosas límites que describía no tenía que tener un lenguaje ostentosos que
la ocultara. Quiere ser transparente, quiere simular que la historia no está
siendo escrita sino vivida”, agregó.
¿El libro es un ajuste de cuentas literario con
Fujimori?, le preguntó Fernández Díaz. “No, para nada”, respondió el peruano.
“Fujimori me hizo un gran favor personal porque me devolvió la literatura, que
es mi vocación. Durante la campaña me di cuenta de que la política no era mi
vocación”, dijo. Vargas Llosa fue candidato en las elecciones que Fujimori ganó
en 1990 y con el tiempo se volvió su principal crítico, sobre todo cuando el
mandatario decidió, dos años después de asumir, disolver el Parlamento y el
Poder Judicial y erigirse en un líder autocrático.
Para cerrar la noche, Vargas Llosa regaló al
público una recomendación digna de un hombre que acaba de cumplir 80 años: “Lo
importante es seguir vivo hasta el final, no morir en vida. Hay que vivir de
manera que la muerte sea un accidente que interrumpe una vida que estaba en
efervescencia”.
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