WALTER OPPENHEIMER Londres 19 SEP 2002
El periodista y escritor Timothy Garton Ash considera muy 'característico' que un debate que hace años saltó al aire en Francia y en Italia de manera muy documentada 'estalle ahora en el Reino Unido de la mano de las reflexiones autobiográficas de un conocido novelista metropolitano sobre el pasado comunista de su padre novelista y el pasado trotskista de su mejor amigo, periodista'.
Garton Ash coincide con Amis al sorprenderse de la 'asimétrica indulgencia' con que en el debate intelectual europeo se ha tratado al comunismo y al maoísmo en comparación con el nazismo, aunque en cierto modo sale en defensa de Christopher Hitchens, el viejo amigo trotskista de Amis, al reconocer que 'acusar a un trotskista de haber sido suave con el estalinismo es como acusar a un luterano de amar al Papa'.
Martin Amis |
El escritor recuerda lo chocante que fue para él cenar años atrás en Copenhague en un restaurante llamado KGB; a su juicio, es bastante 'difícil' que un sitio de moda se llame Gestapo, y recuerda lo socialmente aceptable que ha sido siempre colgar en casa el famoso retrato que Warhol hizo de Mao, aunque es verdad que se trata de una obra irónica, admite. 'La diferencia está quizá en las intenciones' de esos movimientos, se contesta Garton Ash a sí mismo. 'Muchos de mis amigos son ex comunistas (...), pero no recuerdo a ninguno que sea un antiguo nazi'.
'El debate en Gran Bretaña nunca será tan feroz como en los países que han tenido partidos comunistas fuertes', sostiene. 'Pero tanto aquí como allí, la generación del 68 está ahora en el poder. Algunos ejercicios de memoria no le harían daño a un partido gobernante que ha pasado muchos años huyendo de su propio pasado', concluye, en aparente alusión al Partido Laborista, que ha renovado por completo Tony Blair.
Mirada autobiográfica
Para el escritor Neal Ascherson, 'este libro, que llega después del libro de memorias de Amis, Experiencia, pertenece a su proceso autobiográfico'. 'A cierto nivel, es sobre historia; el propio Amis ha leído una biblioteca entera acerca de la Unión Soviética para destilar ese tremendo, incrédulo recuento de crímenes contra seres humanos y la humanidad, el colapso del valor de la vida humana. Pero Koba The Dread es también un alto en el camino de un hombre a mitad de la vida, una pausa para plantear preguntas que no pueden ser eludidas si esa vida tiene que ser tan honesta como dice'.
'Occidente y sus intelectuales están incómodos porque recuerdan, y Amis está arriba de todo proclamando que 'todo el mundo conoce Auschwitz y Belsen, pero nadie conoce Vorkuta y Solovetsky; todos conocen a Himmler y a Eichmann, pero nadie conoce a Yezhov y Dzerazhinsky'. Saben que es así', remacha Ascherson, uno de los pocos defensores de Amis.
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