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jueves, 17 de noviembre de 2022

Francisco Machuca / Una carta a Nabokov



Vladimir Nabokov
David Levine

Francisco Machuca
Carta a Vladimir Nabokov



Mi querido Vladimir: ya sé que estarás más que harto de que te vuelva a escribir de lo mismo, sí, a eso voy, a la puñetera nínfula de Lolita. Todo el mundo siempre habla de tu Lolita. Por algo será. Sí, sí, ya sé que tienes otras obras que la superan, pero yo quiero escribirte sobre Lolita, ¿pasa algo? No te quejes porque precisamente esta obra que querías tirar a la basura te hizo famoso mundialmente a los cincuenta y seis años. No lo niegues, amigo, viejo zorro, que te conozco. Yo me pregunto, si sigue escandalizando después de una relectura. Yo creo que sí, y mucho más que en el momento de su publicación. Por ejemplo, es muy probable que, en el año 2013, un manuscrito semejante no encontrase editor. Enseguida vamos a saber a qué atenernos. El cantante Luis Eduardo Aute ha tenido que cambiar la letra de su vieja canción Una de dos, en sus conciertos, en donde decía:"o te la cambio por dos de quince...", por "o te la cambio por dos de veinte..." Por otra parte, los padres que llevan a sus hijitas al cole, deben guardarse muy bien ante las miradas atentas de ciertas madres a la hora de darles un beso de despedida. A lo sumo un tímido adiós con sonrisa boba y la mano alzada.




Parece que nuestra sociedad sufre esquizofrenia, ya que la publicidad desnuda a las menores para vender sus productos al tiempo que se niega a reconocer la existencia de una sexualidad infantil (demostrada, sin embargo, por mi amigo Freud). Quisiera recordarte que es Lolita quién seduce al pobre Humbert Humbert, se muestra más que consintiente, es una calientabraguetas redomada, una pequeña (PALABRA CENSURADA POR EL CORREO CELESTIAL). ¿Cómo reconocer un personaje logrado? Cuando su nombre se convierte en sustantivo. Este es el caso de tu Lolita, querido Vladimir. En el libro se llama Dolores, pero, desde entonces, cuando uno se cruza con un bollicao adolescente, una pequeña baby doll de pezones erectos, una (PALABRA CENSURADA POR EL CORREO CELESTIAL), la llamamos una lolita, con ele minúscula.




Pero Lolita no es únicamente el retrato de una nínfula dominante. Es también una crítica a la América de los años cincuenta, sus autopistas, sus drugstores, sus estaciones de servicio, su moteles impersonales descritos, como dice Sollers en laGrene du goût, con un "irónico lirismo". Humbert Humbert es un suizo emigrado, igual que tú, que no se limita a mirar cómo Lolita juega al tenis, sino también el decorado en el que se enmarca su sufrimiento. En cuanto a Lolita, encarna a la pequeña americana media, absolutamente materialista y superficial y tú ya sabes lo que siempre te digo: empieza siendo una adorable ninfa de doce años y acaba siendo una lamentable vieja de catorce.




Su amor simboliza el encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo: el choque entre dos generaciones y, sobre todo, entre dos continentes, ya que Lolita es la novela de un ruso que escribe en inglés. Decidiste, amigo mío, abandonar la lengua materna para renacer en literatura, lo que quizás explique la enorme precisión de tu estilo, tu constante preocupación por la palabra perfecta y la poesía de las imágenes. Yo creo que uno trabaja más cuando escribe en una lengua que no es la suya, todo escritor debería, una vez en su vida, ponerse a prueba escribiendo en otra lengua para eliminar las facilidades de lenguaje y perder sus propias costumbres. Ya que hay que inventar la lengua de uno, mejor no ir repitiendo la que nos enseñaron en la escuela.




Te gustaba cazar mariposas, amigo Vladimir, pero tu novela más famosa cuenta la vida de una crisálida que nunca consiguió salir del capullo. De hecho, Lolita no era tu primer objeto del deseo. En una novela de juventud titulada La habitación oscura(1933), el narrador Bruno Kretchmar abandonaba a su mujer y a su hijo por una pequeña nínfula llamada Magda... En Invitación a una decapitación, una niñita dedoce años, Emmie, experimenta una atracción erótica hacia un hombre que ledobla la edad... Como todos los genios, ¿escribías siempre el mismo libro? En todo caso estuviste toda tu vida obsesionado por la infancia (sobre todo la tuya y, a veces, también la de los demás).


Ay, mi querido amigo, habría podido escribir un montón de cosas más escandalosas que habría justificado el secuestro inmediato de esta carta por la brigada de buenas costumbres, como por ejemplo.


Un fuerte abrazo.

  


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