De otros mundos: Darío Arciniegas / Animales de metal

Alejandra y Tiranosaurio Rex

Darío Arciniegas

ANIMALES DE METAL

Esculturas

De todos los hijos del herrero Isaías, Darío Arciniegas es el único que mantiene el milenario oficio. Hace unos años éramos un montón, pero Álvaro buscó otras ocupaciones porque sus maltratados ojos no le ayudan. Jaime encontró otros rumbos por razones físicas. Y Ramiro definitivamente se extravió en otros caminos.

En mi niñez e incluso en mi adolescencia trabajé en la herrería, muy cerca del infierno, hasta que una vez estuve a punto de perder una mano y decidí que me ganaría la vida con la cabeza. Lo hice durante muchos pero muchos desdichados años con el magisterio y ahora, por fin, con la escritura.

Pero Darío Arciniegas sigue ahí, amo y señor del taller de herrería, ahora que nuestro padre apenas puede con sus ochenta años. Mi hermano hace todo lo que le enseñó mi padre y algo más. Hace esculturas de hierro, de todos los tamaños, desde pequeños monstruos hasta fabulosos dragones de cuatro metros de altura, con la constancia y la tenacidad que le dedicó a nuestra madre durante más de una década. Fue su enfermero y, por supuesto, su hijo favorito. Mi madre pasó en una silla de ruedas sus últimos catorce años de vida, desde que una maldita cirugía nos desgració la vida a todos. Darío la llevaba en sus brazos como una muñeca y la lavaba y la vestía y le decía cosas bonitas. Yo, que nunca fui capaz de tocarla ni de hablarle de amor, guardo en mi memoria esta imagen sagrada: mi madre desnuda en las brazos de mi hermano, agarrada con ambas manos a su cuello, camino al baño.

Darío es escultor, es casi un santo. Se requiere fortaleza y fe para persistir con el arte en el culo del mundo, es decir, en Pamplona, un lugar olvidado de la geografía colombiana. Y lo hace de maravilla. Estas fotografías apenas enseñan una parte de su obra: animales de hierro en mediano formato, animales de un mundo extraño y mágico. Darío Arciniegas esculpe en hierro como si la materia entre sus manos fuese plastilina o barro. ¿De qué lugar vienen estas criaturas, de qué tiempos? No hay escritura que refiera estos misterios. Algunas de estas criaturas han tomado la apariencia de los animales que todos conocemos, pero no debemos engañarnos: por dentro son otra cosa. Año tras año, en cada visita al taller de herrería, con sagrado asombro, soy testigo del origen del mundo.

Triunfo Arciniegas

Pamplona, octubre de 2012

ANIMALES DE METAL

Fotografías de Triunfo Arciniegas