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lunes, 6 de abril de 2009

Robert Walser / La pérdida de la identidad en la literatura



Robert Walser
LA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD EN LA LITERATURA
Por Álex D. Ivanov

“Durante toda su vida, niega lo esencial, lo más hondo: su propia angustia”
                Elias Canetti

Robert Walser fue un escritor que quería pasar completamente desapercibido. Buscaba el sentido de su propia existencia en la inexistencia. No creía en la esencia del ser e intentaba diluirse entre el gentío o desaparecer completamente de la escena de la vida, convirtiéndose en un observador del caminar de la muchedumbre por las callejuelas del invariable destino.

Éste es un tema que siempre me ha parecido fascinante. El no-ser en la literatura. Se dice que Kafka sentía verdadera predilección por Walser y que leía fragmentos y diálogos de sus libros en voz alta en cuanto tenía la mínima ocasión.

Otros autores que también consideraban a Walser y su tratamiento del individuo como algo innovador fueron Robert Musil, con la monumental El hombre sin atributos, Walter Benjamin, más conocido en su faceta filosófica o Thomas Mann. Éste último, además, seguía la tradición de establecer relación patológica entre literatura y enfermedad como se ve muy bien en La montaña mágica. En esta obra, Hans Castorp, un individuo acostumbrado al ajetreo urbano decide ir a visitar a su primo enfermo que se encuentra internado en un sanatorio alpino. Lo que iba a ser una visita de tres semanas se convierte en una estancia que supera los siete años. La enfermedad sigue presente en las grandes obras del siglo XX, al igual que lo es la preocupación por el porqué de la propia existencia, desarrollada por existencialistas como Camus pero que, sin lugar a dudas, viene de haber tenido su máxima expresión en Walser y en Kafka.

Si tomamos como ejemplo La metamorfosis de Kafka nos damos cuenta que es la lucha de un individuo para no desaparecer. Es la fábula que mejor expresa la pérdida de identidad de un hombre que lucha por no desaparecer, pero que, al fin, empujado por las circunstancias, se deja ir, se deja caer en el olvido, para tranquilidad de sus propios familiares. Jesús Hernández Reynes, profesor mío durante el curso pasado, expresa en un artículo titulado La identidad que se puede perder, la problemática de la identidad y cómo esto ocurre en los siguientes términos:

En La metamorfosis pues, se muestra perfectamente que la pérdida de la identidad equivale a la desaparición de los vínculos que unían al entonces individuo idéntico consigo mismo con  el  resto del mundo y que sostenían de hecho todo el universo compartido en que se basaba la posibilidad de la comprensión mutua.”

Sin embargo es esto, justamente lo que le ocurre a Robert Walser en vida. Sin quererlo, casi, rompe todo vínculo que lo unía a la sociedad y el motivo no es otro que una enfermedad psicológica que lo empujó a estar internado voluntariamente en un manicomio durante más de treinta años, hasta el día mismo en que se halló su cuerpo sin vida entre la nieve.

Walser compartió con Hölderlin el hecho de desaparecer en vida, mientras que sus obras circulaban y se recitaban en voz alta. Mientras que ellos avistaban desde su ventana el extenso bosque que rodeaba su manicomio con la mirada perdida, sus obras servían de modelo para nuevas generaciones de escritores que aclamaban a sus autores con vítores callados. Y ellos, al igual que Gregor Samsa, han perdido la identidad, han dejado de ser conscientes de quiénes son. Gregor sabía quién era, pero su cuerpo de enorme bicho asqueroso decía lo contrario. Walser y Hölderlin podían ser reconocidos por los demás, pero sus miradas solo expresaban la perdición. Pero tanto el uno como el otro, desde el mismo momento en que escribieron sus primeras líneas pasaron a formar parte de las estrellas, y se les puede ver como resplandecen en el firmamento de la literatura.

http://delaesencia.blogspot.com/2012/09/la-perdida-de-la-identidad-en-la.html

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