Carlos Hart / ¿Qué esperábamos que pasara?

La marcha del silencio
15 de junio de 2025

 

Carlos de Hart
¿QUÉ ESPERABAMOS QUE PASARA?

¿Qué esperábamos que pasara si Petro lleva en la Presidencia casi tres años escalando su violento e incendiario discurso de odio y división? 

¿Qué esperábamos que pasara si, con nuestros recursos, le paga a influenciadores para que persigan y matoneen en redes a todo aquel que piense distinto?

¿Qué esperábamos que pasara si persistentemente llama a sus opositores políticos y a los empresarios “HP”s, nazis, paracos, fascistas, esclavistas, oligarcas, explotadores y hasta asesinos?

¿Qué esperábamos que pasara si, en plena plaza pública (como sucedió recientemente en Barranquilla), perfila y cataloga a los congresistas que votan negativamente a sus arbitrarias pretensiones de “enemigos del pueblo”? 

¿Qué esperábamos que pasara si permanentemente está violando el artículo 188 de la Constitución que establece que el presidente simboliza la unidad nacional y se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos? 

¿Qué esperábamos que pasara si romantiza el terrorismo utilizando con orgullo simbolismos como la bandera del grupo guerrillero al que perteneció y la bandera de “guerra a muerte”?

¿Qué esperábamos que pasara si irrespeta las ramas del poder amenazando a los congresistas con una Consulta Popular y con que “el pueblo” los sacará del Congreso si no aprueban sus reformas? 

¿Qué esperábamos que pasara si amenaza a sus ministros con destituirlos si no firman un decreto ilegal e inconstitucional convocando una Consulta Popular que claramente los hace prevaricar?

¿Qué esperábamos que pasara si, durante el anuncio de la Consulta Popular en Cali el miércoles pasado, amenaza con una Asamblea Nacional Constituyente; cosa que juró no hacer (seguramente con la intención de perpetuarse en el poder)? 

¿Y qué esperábamos que pasara si además la UNP bajo su responsabilidad le niega las innumerables peticiones dereforzamiento de los esquemas de seguridad a sus opositores políticos e incluso se los retira del todo a varios?

Hechos como el execrable atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay -amigo y hombre íntegro, inteligente, capaz, afable, que encarna una de las esperanzas de la democracia colombiana y por quien rezamos por su recuperación- no es fortuito.  Era simple cuestión de tiempo para que algo así de grave sucediera.

Y aunque deseo con todas mis fuerzas que no pase, mucho me temo que toda esa política de odio y división nos haya llevado ya a un “punto de no retorno” en el que este tipo de cosas se repetirán.  Porque es ilógico esperar que los seguidores de Petro -sobre todo los violentos- no se sientan validados y libres de interpretar a su antojo las palabras de su líder y transformarlas en hechos.

Y ahora, congresistas, magistrados de las altas cortes, ‘héroes de la Patria” y fuerzas vivas de Colombia, ¿qué esperamos para hacer respetar nuestra democracia?"

La Vanguardia
15 de junio de 2025