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viernes, 6 de septiembre de 2024

Carmen Balcells: "Me hubiera gustado ser presidenta del Gobierno"

 



Retrato de Carmen Balcells que ilustraba la entrevista de la revista 'Quimera'.
Retrato de Carmen Balcells que ilustraba la entrevista de la revista 'Quimera'. 


Carmen Balcells: "Me hubiera gustado ser presidenta del Gobierno"

Segunda colaboración con la revista Quimera con esta entrevista que Carme Riera realizó a la gran agente literaria Carmen Balcells y que se publicó en enero de 1983


Carme Riera

1; de agosto de 2024

Este es el segundo capítulo de la colaboración de El Confidencial con la revista Quimera a través de las entrevistas que publicó en los años ochenta a grandes escritores y miembros de la industria editorial. Un rescate de la mejor tradición de las entrevistas literarias, que son también un reflejo de cómo era entonces el país y de las ideas que aparecían en los debates. Esta fue realizada por Carme Riera a Carmen Balcells cuando la agente literaria, ya fallecida, tenía 52 años. Apareció en el número de enero de 1983.

Una encuesta de urgencia realizada el otro día en la calle me demostró que el flamante premio Nobel colombiano, Gabriel García Márquez es un perfecto desconocido para la inmensa mayoría de españoles: 

–No sé quién es. 

–El primo ese de Felipe González

–Yo no entiendo de política. 

–No sé, además tengo prisa... 

–Me parece que un escritor o algo así.

Y sin embargo sólo de Crónica de una muerte anunciada se han vendido entre España e Hispanoamérica casi dos millones de ejemplares. De lo que se puede deducir que la gente compra libros pero no los lee; tiene mala memoria para recordar los apellidos de los autores o lo que es más cierto: la encuesta sólo sirve, si el muestreo es proporcional a los virtuales compradores de libros de García Márquez, y aún así poco dice de la resonancia pública de un escritor, cuyo trabajo se realiza en soledad, y únicamente al cabo de un tiempo, más bien largo, las gentes conocerán de un modo indirecto los resultados de aquél, al contrario de lo que ocurre con un político o un cantante que actúan constantemente en público, y a él se deben. 

No resulta fácil imaginar cómo este escritor que se recluye en su casa de México y se encierra todas las mañanas de 9 a 2 en su estudio para disputar un combate singular con el papel en blanco, y a quien no le gusta la publicidad ni la fama, puede luego ser capaz de sacar rendimiento pecuniario a su obra. ¿Quién se encarga del tinglado económico? La respuesta es simple: una mujer. Pero no la suya. Una mujer que comparte con otros colegas, en flagrante promiscuidad representativa. Carmen Balcellsuna agente literaria, la más importante en el mundo de habla hispana, que lo es a su vez de Mario Vargas Llosa, Augusto Roa Bastos, Fernando del Paso, Juan y Luis Goytisolo, Juan Marsé, Vicente Aleixandre, Rosa Chacel, José Luis Sampedro, Juan García Hortelano, etc., etc.


PREGUNTA: Si te parece, pasamos de la prehistoria a la historia de la Agencia.

RESPUESTA: El año 65 fue uno de los más importantes. Me marché a Washington y a Nueva York al Congreso Internacional de Editores que se celebra cada cuatro años. Aproveché el viaje para llegar hasta México donde contacté con muchos escritores. A menudo debía decidir rápidamente qué autores me podían interesar, a veces sin tener tiempo de leer sus obras, de un modo intuitivo. Y este mismo año 65 conocí a García Márquez, a quien ya representaba. 

P: ¿Le buscas tú o te pide él que seas su agente?

R: Le busco yo. Por mediación de Pepe Caballero Bonald, que entonces vivía en Colombia, me pongo en contacto con él. Pepe me había enviado una lista de escritores colombianos entre los que se encontraba Gabo. Además yo lo había leído y me gustaba muchísimo. Precisamente aquel año conseguí vender en Nueva York, por mil dólares el lote, cuatro libros suyos que habían sido rechazados por diez editoriales norteamericanas. Tuve que insistir muchísimo y me costó un enorme esfuerzo que pagaran los mil dólares. Pero valía la pena, tanto Los funerales de la mamá grande como El coronel no tiene quien le escriba me parecían dos obras magníficas... El García Márquez que yo conocí en 1965, todavía no había escrito Cien años de soledad, no era por tanto famoso y sin embargo era idéntico al de ahora. Le encontré antipatiquísimo, petulante... Cuando le dije que había obtenido mil dólares por los cuatro libros me dijo: «Esto es un contrato de mierda». En realidad tenía razón. Gabo era consciente ya de su valía, de que era un gran escritor. Luego nos hicimos amigos y me pareció una persona encantadora.

P: García Márquez escribió no hace mucho: "Nunca hablo de dinero con los editores y los productores de cine, porque tengo un agente literario que habla por mí mejor que yo; primero porque es mujer, y después porque es catalana".

R: Sí, esto no es nuevo, lo ha dicho a menudo, y me enorgullece sentirme vinculada a una figura tan importante. A la sombra de un autor como García Márquez se puede montar una agencia literaria...

P: Hay en estas declaraciones un doble aspecto sobre el que te quisiera preguntar: mujer y catalana.

R: Catalana lo dice en función del tópico, nuestro seny y el amor al dinero, que García Márquez remodela. Recuerdo que, cuando hace ocho años vino a Barcelona y le preguntaban por qué escogió esta ciudad para vivir él contestaba siempre: «primero porque no es del todo España, segundo porque hablan castellano, tercero porque está a un paso de la frontera, cuarto porque he estado toda mi vida rodeado de catalanes y ahora quiero conocerles de cerca». Además, recuerda el mítico «sabio catalán» de sus obras. 

"En una sociedad machista me ha sido más fácil tomar posiciones machistas que feministas, puramente por sentido práctico"

P: ¿Y cuando dice mujer?

R: Él lo dice porque las mujeres son importantes en su vida. En cuanto a mí, pues ¿qué quieres que te diga? El hecho de ser mujer es irreversible. Nací mujer.


P: ¿Qué opinas del feminismo?

R: Pienso que el feminismo es un movimiento indispensable. Desde el momento en que la mujer está en una situación de discriminación evidente el feminismo es un movimiento reivindicativo indispensable. Pero yo no soy una militante y lo siento. Mi historia, mi trayectoria e incluso mi geografía me obligarían a serlo y sin embargo, en cierto modo, me acuso de machista. 

P: ¿Por qué?


R: Porque en una sociedad machista me ha sido más fácil tomar posiciones machistas que feministas, puramente por sentido práctico. 

P: ¿Te refieres a que a veces has tenido que tomar posturas dictatoriales?

R: Sí, prefiero mandar a estar sometida, a tener que obedecer.


"La mujer, cuando manda bien, manda mucho mejor que un hombre, y manda y no se nota"

P: ¿Pero si tú defiendes la igualdad entre el hombre y la mujer supongo que consideras normal que la mujer mande?...

R: Claro, puede mandar perfectamente, e incluso creo que cuando manda bien, manda mucho mejor que un hombre, y manda y no se nota. 

P: Tú aseguras que la mujer es y ha sido discriminada, ¿cuándo llega una escritora a tu agencia la atiendes mejor o te esfuerzas más para conseguirle un contrato ventajoso que si se trata de un escritor?


R: Primero hay algo de clan, de lenguaje común que te facilita una mayor complicidad con una mujer, aunque no siempre. Yo tengo íntimos amigos, hombres y mujeres... Creo que el sexo no es un elemento clave en una relación amistosa

P: Mi pregunta se centraba en otro punto: una escritora posiblemente ha tenido que luchar más que un escritor, tal vez, incluso su acceso a la cultura haya podido ser más difícil...

R: Si ha sido más difícil es porque le faltan medios o talento. El problema es que hay menos mujeres escritoras porque, en general, hay menos mujeres ocupando puestos importantes y esto es significativo.

P: Pero sí hay menos mujeres no es por incapacidad sino por los condicionamientos económicos, sociales y culturales. ¿No crees?

R: Naturalmente. Pero no olvides que a menudo las mujeres no quieren cambiar su situación y se sienten felices en la organización familiar y el trabajo doméstico... Yo no conozco a ningún hombre que abandone su trabajo porque se case, una mujer sí, e incluso lo hace a veces encantada, aunque deje un trabajo enriquecedor y, a estas alturas, no estoy segura de que se equivoque. 

P: ¿Pero esto no se contradice con tus afirmaciones anteriores?


R: Bueno, es que, en realidad, cada individuo debe de hacer lo que quiera con su vida. 

"El divorcio me parece indispensable. Todo contrato es temporal, comenzando por el de derechos de autor"

P: ¿Qué piensas de la familia, el divorcio y el aborto?

R: El divorcio me parece indispensable. Todo contrato es temporal, comenzando por el de derechos de autor. En cuanto al aborto tengo una postura intelectual: cada persona debe de hacer lo que le parezca oportuno con su cuerpo. Por supuesto debería existir una legislación, pero la legislación siempre va detrás del deseo de las personas. Una adecuada programación familiar debería acabar con los abortos, que siempre son traumáticos. Estoy a favor del aborto como solución límite. No pienso que haya que abolir la familia. En realidad cada vez que se intenta, se acaba por reinventarla. Las comunas ¿qué son sino núcleos familiares? Lo que ya no tiene sentido es la familia patriarcal, tradicional. En cambio las relaciones de la madre con su hijo los primeros años de su vida me parecen extraordinarias y maravillosas... Aunque yo soy partidaria de la libertad en todos los aspectos: me parece bien la familia, las comunas, las relaciones libres, etc. Pero yo me quedo con la familia en su sentido más tradicional

P: ¿Supongo que tú eres partidaria de que la sexualidad sea libre? ¿Te importaría que tu hijo fuera homosexual?

R: Me he preguntado esto muchas veces... Hay un orden de valores establecido por el sistema que considera la homosexualidad, sino abiertamente reprobable, por lo menos como una categoría inferior a la heterosexualidad. 

P: ¿Y en cuanto a tu hijo?


R: Bueno, en el caso de mi hijo lo que quisiera es que fuera feliz, pero si su felicidad consiste en no hacer nada, en no estudiar, no acepto en absoluto su manera de entender la felicidad. Por lo tanto soy autoritaria, insoportable, grito como una energúmena para que él ajuste su conducta a los planes que yo he trazado para él. Si un día me dijera que es homosexual, no sé cuál sería mi reacción, pero me temo que no me quedaría nada tranquila esperando que me presentara a mi nuera y que ésta fuera un señor. 

"Los artistas son superiores al resto de los humanos, están por encima de los demás. Luego vienen los técnicos, médicos, científicos...". 

P: La Agencia le cobra al autor un diez por cien sobre los derechos que éste a su vez cobra del editor. ¿No es así?

R: Sí. Con los años me he dado cuenta que el sector editorial tiene un enorme volumen de negocio, tal vez no sea equiparable con el de la industria química o textil, pero es también muy importante. Esta industria tiene una materia prima que, según los editores es el papel, yo creo, en cambio, que la materia prima indispensable es el autor... Por esto un editor brasileño, por otra parte buen amigo mío, me dijo un día que yo hago terrorismo editorial, lo que me encanta...


P: Antes me decías que el talento es la cualidad que más admiras...

R: Sin duda, el talento me parece la mejor cualidad, el talento positivo, aquel que es capaz de transformar algo en arte, no el que es destructivo, aniquilador... Creo que los artistas son superiores al resto de los humanos, son seres que están por encima de los demás... Luego vienen los técnicos, médicos, científicos... Pero los creadores son los dirigentes, los primeros... 

P: Estás sentando las bases de una Utopía particular, antiplatónica por cierto, ¿tan importantes consideras a los artistas?

R: Absolutamente... Tal vez soy muy elitista, un poco aristocrática... Incluso admiro y respeto a los escritores mediocres por su capacidad de transformar pensamiento y palabra en creación, en belleza, cosa que no pueden hacer el resto de los mortales… 

"He superado, en mucho, todas las previsiones que me hice a los veinte años... Pero no he triunfado. Soy una persona muy crítica"

P: ¿Qué consejo darías entonces al resto de los mortales que conocen sus limitaciones o, incluso al escritor que sabe que nunca será importante?

R: Si piensa que no será un escritor importante y lo tiene tan claro, que deje de escribir. En cuanto a las personas grises, las que saben que son grises ya no me lo parecen tanto, pues conocen sus limitaciones... A estas les aconsejo que lean.


P: ¿Has triunfado?

R: No. Aunque yo he superado, en mucho, todas las previsiones que me hice a los veinte años... Pero no he triunfado. Soy una persona muy crítica, que conoce muy bien sus limitaciones, y sé lo que debería ser para acercarme a mi ideal de perfección

P: ¿Te gustan más las personas que triunfan que las que pierden?

R: No porque pierdan o triunfen. No. A lo mejor no triunfan en un aspecto pero sí en otro. Por ejemplo yo soy una fracasada en muchas cosas. Yo tenía un proyecto de perfección total, no parcial. En realidad sólo estoy contenta de mi trabajo que me permite compartir, en cierto modo, el éxito que consiguen otras personas a mi alrededor, éxito al que contribuyo también con mi esfuerzo. 

P: Supongo que este proyecto de perfección total no equivalía a suplir con tu vida el argumento de una no-vela rosa: Tener cinco preciosos niños rubios, un marido amantísimo, unas sirvientas eficientísimas, y tocar el piano...

R: No. Aunque tener cinco niños rubios hubiera sido perfecto, el marido amantísimo también, las sirvientas, por supuesto, y tocar el pianosin duda... Pero además tener una cultura solidísima. A los quince años este esquema tuyo posiblemente me hubiera parecido válido. Ahora ya no lo es, en absoluto. Ahora, después de conocer a tantos escritores importantes y sólidos, mis intereses van por otro lado…


P: En el fondo a ti lo que te gustaría es ser García Márquez...

R: Eso mismo

P: ¿No su mujer?


R: ¡No! 

P: ¿Ni su hija?

R: No, 


P: ¿Su madre?

R: Bueno, su madre tal vez sí. ¡Aunque lo que de verdad me gustaría es ser su agente! De modo que perfecto. 

P: Y en caso de ser García Márquez, ¿preferirías llamarte Gabriel o Gabriela?


R: Preferiría no serlo, pues no podría ser mi agente. 

"Mario Vargas Llosa es el primero de la clase y Gabriel García Márquez, el genio"

P: Defíneme, por favor, o por lo menos di qué te sugiere Mario Vargas.

R: Es el primero de la clase.


P: García Márquez.

R: El genio. 

P: José Luis Sampedro.


R: Ah, Sampedro es tan encantador… ¿Cómo podría?... Sampedro es el amante que me gustaría tener... 

P: ¿Se enfadará tu marido?

R: ¡Qué va! Mi marido no se enfada.


P: Marsé.

R: El jefe de la banda

P: Ana Moix.


R: La dama de las camellas... no, no, Ana Moixes la nena... Aunque esto no es mío, lo dice Castellet.


P: ¿Todavía es la nena? ¿No está ya algo crecidita?

R: Sí, sí, pero es la nena, lo seguirá siendo, aunque ya tenga ochenta años.


P: Y Lara, el editor.

R: Al Capone

P: ¿Qué escritor que no representes te gustaría representar?


R: Me gustaría representar a todos los grandes escritores que no represento. Borges, seguramente. 

P: ¿Y a Cortázar?

R: Ya lo he intentado, pero no quiere. Le representa su exmujer.


"Feliz no es la palabra. Me siento satisfecha"

P: Carmen Balcells, ¿eres feliz?

R: No. 

P: ¿Qué es para ti la felicidad?


R: Equilibrio. Un conjunto armónico de ingredientes. 

P: ¿Cuándo contratas para Mario Vargas, por ejemplo, unos derechos suculentos y unas condiciones magníficas para la edición de La guerra del fin del mundo? ¿No te sientes feliz?

R: La felicidad es un equilibrio, es otra cosa, es la perfección: recibir en tu casa a los amigos, sin que haya roces ni estridencias de ningún tipo, tener una relación con tu marido que se mantenga a lo largo de los años... y que la relación amorosa sea con tu marido y tener hijos adorables y dale…


P: ¿Qué es el amor?

R: Lo mejor del mundo. Y lo más extraordinario que le puede ocurrir a una persona es enamorarse

P: ¿Te has enamorado muchas veces?


R: No, muy pocas. 

P: ¿Cómo definirías el enamoramiento?

R: Si pudiera definirte bien el enamoramientome dedicaría a escribir y me buscaría agente... ¿Cómo lo definirías tú, dime?


P: Lo que yo piense o sienta no interesa en este momento. Opinas tú.

R: Enamorarse es proyectarse en otra persona. 

P: ¿Enajenarse?


R: No.


P: Estar enajenado quiere decir estar, ser, en el otro...

R: Bueno, pero sin olvidar que tú eres tú. El enamoramiento es además la compañía, el intercambio, la complicidad, sobre todo la complicidad... Connais pas.


P: ¿Y la muerte?

R: La muerte puede ser una liberación. No me asusta, posiblemente porque todavía no me he encontrado con ella cara a cara. 

P: ¿Tienes ideas políticas?


R: Sí, cada vez más. Y mi postura es crítica, izquierdista, socializante... 

P: ¿A quién votas?

R: Actualmente mi voto sólo puede ser socialista.


P: ¿Colaborarías con los socialistas? ¿Hubieras hecho campaña electoral con ellos de habértelo pedido?

R: Tengo tanta vocación de líder que creo que no me conformaría con colaborar, o haciendo campaña electoral. Me presentaría a elecciones... Si yo de joven hubiera sabido que podía tener acceso al mundo intelectual que ahora frecuento, como diría la madre del dictador en El otoño del patriarca, hubiera aprendido a escribir, me hubiera preparado a tiempo para poderme presentar. Me hubiera gustado ser ministra de finanzas, o presidenta del gobierno.


QUIMERA

EL CONFIDENCIAL



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