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martes, 20 de febrero de 2024

Jo Nesbø, el rey de la novela negra:

 

El escritor noruego Jo Nesbø, posa durante una entrevista en Málaga.El escritor noruego Jo Nesbø, posa durante una entrevista en Málaga.
DANIEL PÉREZ (EFE

“Un día cogí el coche y fui hasta Marbella. Me quedé en ‘shock”

El autor noruego pasa el invierno en Málaga para escalar cerca del Caminito del Rey, escribir e incluso acudir al fútbol. Acaba de publicar la novela de terror ‘La casa de la noche’, en la que se acerca a algunos de su temores


Nacho Sánchez

19 de febrero de 2024

No ha necesitado viajar durante horas en avión ni coger un tren o un simple taxi. Al escritor Jo Nesbø (Oslo, 1960) le han bastado unos pocos minutos a pie para llegar a la sede del Centro Andaluz de las Letras, en pleno centro de Málaga, antes de mantener un encuentro con sus lectores. Hace año y medio adquirió un pequeño apartamento en la ciudad andaluza, su nuevo refugio invernal. El noruego no busca sol y playa, sí un rincón idílico para practicar con frecuencia la escalada, su gran afición.

“He viajado a muchos países y durante años he ido a Asia para escalar. Hasta que encontré este lugar, mucho más cerca de Oslo, donde puedo hacerlo en invierno”, explica. “Voy a El Chorro, que está muy cerca y es un sitio precioso”, asegura. El gesto es otro cuando habla de Marbella y el resto del litoral, que visitó un día con poco interés: “Toda la zona es igual y está repleta de turistas”. También de sicarios, narcotraficantes y ajustes de cuentas. ¿Podría ser el próximo destino de Harry Hole? “Creo que eso podría ocurrir. Claro, quién sabe”, subraya quien empieza a interesarse por el tráfico de drogas en el Estrecho. “Quizá eche un vistazo a eso”, adelanta el autor, que acaba de publicar su última novela, La casa de la noche.

Este jueves, horas antes de su encuentro con el público local, Nesbø atiende con paciencia a los fotógrafos. Lo hace ya como en su casa, en una nueva versión malaguita de la que hace gala sonriente y relajado. Viste gorra, camisa de cuadros, vaqueros y unas gafas de sol que protegen sus ojos, algo sensibles a la luz estos días. La jornada empieza despejada pero pronto se viste de un excepcional gris, aunando el clima de su país natal con el de acogida. La diferencia es que aquí, aunque las nubes amenazan lluvia, cumplen con la reciente tradición de pasar sin dejar ni gota. Tras las fotos llegan las cámaras de Canal Sur, televisión pública a las que el reciente ganador del premio Pepe Carvalho del festival BCNegra relata que su primera novela la escribió en apenas cinco semanas. Fue mientras ejercía de rockero. Recibió una llamada en un avión, dedicó los siguientes 35 días a escribir 18 horas por jornada y de repente se convirtió en escritor. Ahora es el rey de la novela negra, con más de 55 millones de libros vendidos en todo el mundo.

¿Cuáles son las claves para ese éxito? “Nunca he tenido un método. Prefiero no pensar en eso. Paso demasiado tiempo escribiendo y necesito divertirme, tener ese sentimiento de que estoy inventando algo nuevo. Si hay un método, prefiero no saberlo”, afirma Nesbø, al que le sienta bien, según relata, cambiar de tercio. Por eso en 2020 dio unas pequeñas vacaciones a Harry Hole para lanzarse con El reino, cuya continuación está preparando ya para publicar el próximo otoño.

Y por eso se adentra incluso en la literatura infantil. “Tienes que retarte, llevar tu creatividad hacia áreas en las que no has estado antes, porque de otra manera te cansas”. Retos, precisamente, no le faltan a alguien que se formó como economista, llegó a futbolista profesional y lidera un grupo de rock, Di Derre, desde los noventa. Y que tiene cierto temor a las alturas, aunque ame la escalada. ¿Recela también de la inteligencia artificial? “Si sucediera que produce mejores historias, le daría la bienvenida. Tengo más interés o curiosidad que preocupación por lo que pueda pasar a mi profesión. La gente necesita saber que al otro lado hay un ser humano. Y nos gustan esas imperfecciones que hay a la hora de crear”, explica. “Hasta hoy la inteligencia artificial no ha sido capaz de reemplazar ese toque humano”, insiste. De hecho, ICON ha realizado a ChatGPT la misma entrevista que a Nesbø: solo se ha acercado a sus respuestas en dos de las más de 20 preguntas.

Mientras la inteligencia artificial sueña con ovejas eléctricas, el noruego dice que sus momentos de mayor lucidez ocurren, muchas veces, en ese momento en el que no sabe discernir si está dormido o despierto. Y sobre todo justo después de algún sueño. Entonces agarra el móvil, abre una aplicación y le dicta las ideas que le han venido a la cabeza sin que le haga falta ni abrir los ojos para no desvelarse. “Ese estado de duermevela es uno de los momentos más productivos el día”, asegura. De ahí surgió su última novela. En español se titula La casa de la noche y es un relato de terror que, como una matrioshka rusa, cuenta una historia envuelta en otras historias. En ellas hay una casa y una noche, pero también cigarras, teléfonos que comen personas y personajes misteriosos. Su protagonista es Richard, un chaval que hace equilibrios —como el propio autor— sobre una cuerda floja que flota entre los sueños y la realidad.

Ahí Nesbø reflexiona volviendo a los filósofos griegos. Y a Matrix. “Cuando despierto tras un sueño, en cierto modo me pregunto: ¿Eso era un sueño o es la realidad y esto es un sueño?”, se pregunta el autor, que cree que la forma en la que se actúa en un sueño es en cierto modo algo que se puede repetir en la realidad. Somos capaces de lo mismo: los sueños son un espejo en el que mirarse”, añade quien dice que su mayor miedo es perder la cabeza. “De ahí parte este libro. No estoy diciendo que vaya a ocurrir ni conozco antecedentes en mi familia, pero ese temor siempre ha estado ahí”, subraya. Es también un temor del protagonista, que afronta —por no dar más detalles y evitar los spoilers— un drama familiar y un trauma que prefiere olvidar. “Yo creo que intentarlo es algo que ya hacemos todos en el día a día. Hay muchas cosas que preferimos olvidar, como los momentos en los que has sentido vergüenza. Al final esos son justo los que no olvidas, pero quizás los interpretes de alguna nueva manera que te permita esconderlos”, explica.

“Harry sigue siendo Harry”

Quien tampoco tiene muy claro cómo afrontar muchas cuestiones de su vida es el detective Harry Hole. Es ese policía adicto, herido, un poco suicida y muy sagaz que encabeza la serie más longeva escrita por Nesbø, con 13 obras en las que el agente ha ido reinventándose y sobreviviendo a sí mismo. Ha pasado de estar detrás de las cámaras —y ejercer de compañía al lector en su trabajo de resolver crímenes— a situarse delante para convertirse en el centro de atención. A un lado u otro, siempre está rodeado de asesinatos, intrigas y misterios. “Harry sigue siendo Harry”, afirma quien se llevó al detective a Los Ángeles para una desintoxicación vital en la —hasta hoy— última novela de la saga, Eclipse, y no descarta un futuro traslado, como ha hecho él mismo, a la Costa del Sol. “Ahora que paso tiempo aquí, creo que eso podría ocurrir. Claro, quién sabe”, comenta con prudencia.

Trabajo no le faltaría. Marbella es sede de operaciones de decenas de organizaciones criminales y el cercano Campo de Gibraltar, un polvorín. Sicarios, narcotraficantes y ajustes de cuenta son parte ya del paisaje litoral en este rincón de Andalucía. “Pero no necesito un contexto realista para mis historias. En toda la serie de Harry Hole se han cometido más crímenes en Oslo que los que han sucedido en la ciudad durante todo ese tiempo en la realidad”, advierte el escritor, que, eso sí, muestra interés por el trajín de lanchas cargadas de fardos entre las costas de Marruecos y España. “Vi la serie Toy Boy y me ha interesado esa zona. Quizá eche un vistazo a eso”, afirma.

Por ahora, relata, lo que ha conocido de la Costa del Sol no le ha gustado. “Cuando decidí venir a Málaga era por quedarme en la ciudad e ir a escalar. Un día cogí el coche y fui hasta Marbella. Me quedé en shock. Ya lo había escuchado, pero me sorprendieron los guetos donde reside gente de la misma nacionalidad, la gran cantidad de turistas. Todo parece igual, da un poco de miedo. Prefiero vivir en la ciudad”, relata Nesbø, que escapa siempre que puede a practicar escalada en las vías disponibles en El Chorro —cerca del Caminito del Rey— o en las montañas calizas de Villanueva del Rosario. “También he ido a ver un partido del Málaga CF, el de la Copa del Rey contra la Real Sociedad. Tienen muy buen estadio, volveré”, promete. Quién sabe si en el futuro Harry Hole vestirá la camiseta blanquiazul en sus investigaciones.


EL PAÍS

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