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miércoles, 13 de diciembre de 2023

Kurt Vonnegut / El escritor que no tenía fe en la humanidad

Kurt Vonnegut, el escritor que no tenía fe en la humanidad

Kurt Vonnegut


CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

El estadounidense, que nació tal día como hoy, es autor de grandes obras de ciencia ficción como 'Matadero cinco' o 'Cuna de gato', que acaba de sacar Blackie Books

Laura Gómez Ruiz
Barcelona, 11 de noviembre de 2022

El mundo estuvo a punto de perderse la escritura de Kurt Vonnegut (Indianápolis, 1922-Manhattan, 2007). El autor, que nació tal día como hoy hace cien años, no confiaba en que sus relatos fueran a llegar a ninguna parte pese a que logró publicar el primero de ellos a sus 28 años en la reconocida revista Collier's Weekly. Esa falta de autoestima se la inculcó uno de sus profesores, que le echó en cara que sus escritos no eran lo suficiente buenos como para dedicarse a ello. Sin embargo, el destino se puso de su parte y logró un empleo en el taller de escritores de la Universidad de Iowa. Desde entonces, las letras le acompañaron. También lo hizo la ciencia ficción pues, como él mismo escribió en Cuna de gato, “cada persona aquí tiene alguna especialidad, algo que dar al resto”. Y la suya era esa.

Precisamente la mencionada obra acaba de ser publicada por Blackie Books. Jan Martí, editor jefe de la editorial, considera que “es uno de sus mejores libros y quizás el más divertido que se ha escrito sobre el fin del mundo. Una irreverente sátira sobre la irresponsabilidad de los científicos nucleares y los gobiernos ávidos de poder, un tema de mucha actualidad”.

'Cuna de gato' es quizás el más divertido que se ha escrito sobre el fin del mundo

Jan MartíEditor jefe de Blackie Books

Lo cierto es que Vonnegut nunca ocultó su falta de fe en la humanidad. En su primera novela, La pianola (1952), ya planteaba un escenario apocalíptico en el que la raza humana era sustituida por máquinas. Ahí ya empezó a utilizar el humor negro para digerir el horror que narraba. “Ante el miedo o la desgracia, uno puede llorar o reír. Yo prefiero reír porque no hay que pasar luego la fregona”, diría el autor. Este recurso, que emplearía durante toda su trayectoria, está especialmente presente en la que está considerada su obra cumbre, Matadero cinco. El título alude al local donde el protagonista es encerrado junto a otros presos de guerra durante la Segunda Guerra Mundial.

Considerada uno de los grandes clásicos del siglo XX, la historia dio el salto a la gran pantalla en 1972 de la mano del cineasta George Roy Hill y se llevó, entre otros muchos galardones, el premio del jurado de la sección oficial del festival de Cannes. El actor Michael Sacks fue el encargado de dar vida al soldado Billy Pilgrim, un joven tranquilo que no siente especial interés por el mundo que le rodea, pese a que le ha tocado vivir una época de lo más convulsa. Su enajenación es tal, que ni siquiera se percata del terrible bombardeo de Dresde, su ciudad, por parte de los aliados. Un ataque que el propio Vonnegut vivió en sus carnes, pues se encontraba en la localidad alemana cuando estos hechos sucedieron.

Ante el miedo o la desgracia, uno puede llorar o reír. Yo prefiero reír porque no hay que pasar luego la fregona"

Kurt VonnegutEscritor

Resulta curioso que se hiciera una película precisamente del relato que más pavor sentía Vonnegut que se trasladase al audiovisual. Al escritor no le agradaba demasiado la idea de que una gran estrella encarnara a su principal protagonista que, por cierto, es su álter ego. Una buena amiga le advirtió que, si se decidía a contar esa historia, sería carne de Hollywood. Consciente de ello, se prometió que la narraría de forma distinta a las demás y que hablaría de la venta de niños para participar en una guerra, pues la mayoría de soldados en el frente eran menores de edad. De ahí que propusiera un título alternativo, La cruzada de los niños.

Fotograma de 'Matadero cinco' (1972)

Fotograma de 'Matadero cinco' (1972)

 Universal Pictures

Pese a que con los años se convirtió en la gran novela antibélica por excelencia, además de un emblema clave de la contracultura de los sesenta, cabe decir que cuando se publicó dejó a lectores y parte de la crítica desconcertados. Algo similar ocurrió con su siguiente libro, Desayuno de campeones. No solo por su característico y descabellado humor negro que empleó en ambas sino que, también, por su estilo simple, repleto de frases cortas que, pese a todo, acostumbraban a dar en el clavo. Algo que muchos consideraron una burda provocación. El tiempo, no obstante, lo acabaría convirtiendo en el autor de culto que está considerado hoy en día.

“Además de sus novelas, se han hecho virales sus famosas lecciones en la universidad, sus frases míticas, el reciente documental que se estrenó este año (Kurt Vonnegut: A través del tiempo) y, al fin y al cabo, su visión del mundo tan única, llena de escepticismo pero también de ternura y sobre todo de empatía”, concreta Jan Martí para comprender el fenómeno y “personaje inigualable” que es Vonnegut. Un escritor que hizo de la ciencia ficción su principal herramienta para responder a preguntas tan clásicas como quiénes somos y de dónde venimos.

LA VANGUARDIA

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