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martes, 25 de julio de 2023

Thomas Wolfe / El precio a pagar por la sinceridad

 



El precio a pagar por la sinceridad

Esta es la segunda parte de un monumental manuscrito que Thomas Wolfe dejó al morir y cuya primera parte apareció el año pasado


Toni Montesinos
27 de junio de 2023

Muchos críticos afirmaron que Thomas Wolfe (1900-1938) sólo sabía escribir acerca de sí mismo. Pero, en su caso, lo autobiográfico es tan intenso, tan lírico, tan penetrante, que hay que congratularse de ese mirarse a sí mismo. Con su capacidad torrencial para narrar la vida, Wolfe logró monumentos novelescos como El ángel que nos mira (su debut de 1929), que uno de sus editores, Maxwell Perkins, consideró otra Moby Dick, y cuya versión original constaba de miles de páginas que al final se pulieron para dar a la luz esta historia sobre una familia sureña del pueblo de Altamont.

En los últimos años, asimismo, hemos visto cómo se ofrecían sus cuentos completos y diversas novelas cortas, más las mastodónicas novelas Del tiempo y del río (2013) y La red y la roca (2022), editadas por Piel de Zapa. En la primera, Eugene Gant personaliza “una leyenda sobre la ansiedad del hombre en su juventud”, como reza el subtítulo, y pone en escena su iniciación hacia el Norte: un viaje en tren a Boston, en paralelo con la pérdida del padre, y su llegada a Harvard para asistir a un curso de dramaturgia. La segunda se publicó de modo póstumo con un protagonista, George Webber, que desde otro pueblo sureño dejaba atrás la familia (la red) para ubicarse en Nueva York (la roca), donde tenía una relación con una mujer casada, para luego ir a Europa y, al fin, regresar a su país.


⁄ Fue un artista de la palabra, un espíritu tierno e insaciable, un romántico de muerte precoz


Aquello era una obra colosal, consagrada a entender el interior del ser humano y cómo le afecta su entorno inmediato, necesitada de un lector sensible frente al torrencial verbo del autor y su tono poético. Y es que Wolfe, ante todo, fue un artista de la palabra y de la cadencia narrativa, un espíritu tierno e insaciable, un romántico de muerte precoz por neumonía que dejó una montaña de páginas inacabadas que su editor encontró la forma de dar al mundo. De esta forma, preparó el manuscrito de la citada La red y la roca (el título que Wolfe quería para toda la obra) y luego una suerte de continuación, No puedes volver a casa .

Como apunta Gail Godwin en la introducción, Wolfe dijo que la novela en la que estaba trabajando era la historia de cómo, “a través de su propia insensatez, de sus errores, su estupidez, su egoísmo, sus aspiraciones, sus esperanzas, su fe y su confusión, George Webber aprendía la dolorosa lección de que no se puede volver a casa”. Y eso es así por dos razones: el pueblo natal de Wolfe, Asheville, en Carolina del Norte, se había quedado impactado al verse retratado en la prosa de Wolfe, y por otra parte, el regreso al lugar de la infancia siempre es doloroso por los cambios que el tiempo produce en la gente y los lugares.

⁄ Expresa el padecimiento de un escritor que en apariencia ha triunfado y a la vez busca encontrarse

Realmente, ese es el gran tema literario de Wolfe: la imposibilidad, a la Heráclito, de volver al lugar de origen, como recreó en su relato “Retorno”, en que su héroe se marcha para poder volver, para experimentar la nostalgia del recuerdo y del tren que lo devuelve al hogar.

Webber se enfrenta a los antiguos vecinos tanto como a las personas que le reprochan, a distancia, cuando está instalado en Manhattan, cómo ha volcado en literatura calles y personas reales y el éxito, pero también la incertidumbre, le contemplan y aturden. Por eso, No puedes volver a casa también expresa la incomodad de haber sido sincero y el padecimiento de un escritor que en apariencia ha triunfado y a la vez busca encontrarse consigo mismo lejos de su tierra. De tal modo que la novela es un viaje también por el Londres, el París y, sobre todo, el Berlín de los años treinta, en tiempos de crisis, burbujas inmobiliarias y ascendente antisemitismo nazi. Todo con este delicado protagonista que se va rodeando de un sinfín de personajes, afectuosos o extravagantes, con los que comparte largos diálogos que conducirán a una mezcla de realismo y sentimentalidad.

Thomas Wolfe No puedes volver a casa Piel de Zapa Traducción de Alberto Moyano Muñoz 668 páginas 26 euros

LA VANGUARDIA



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