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lunes, 2 de diciembre de 2013

Chinua Achebe / Todo se desmorona


 

Chinua Achebe

Todo se desmorona

SFQU
2 de diciembre de 2013

En marzo de este año fallecía Chinua Achebe. Ha sido considerado “el padre de la literatura africana” (la primera en denominarlo así fue Nadine Gordimer) y siempre ha sonado para que le concedieran el Nobel de Literatura, pero nunca lo logró. Wole Soyinka, el primer africano que consiguió el premio y nigeriano como él, en una entrevista pocos días después de la muerte de aquel para  saharareporters.com, rechazaba la repetida afirmación de considerar a Achebe como “padre de la literatura africana”, según él tiene tan poco sentido y denota tanta ignorancia como denominar a Mazisi Kunene padre de la poesía épica africana, o a Kofi Awoonor padre de la poesía africana, o a él mismo padre del teatro contemporáneo africano. Además, añade, sobre el último libro de Achebe: “There Was A Country: A Personal History” (sobre Biafra) en el que habla abiertamente de genocidio, “es un libro que me habría gustado que nunca hubiera escrito, al menos no de la manera en la que lo ha hecho”.

Para algunos tales afirmaciones han sido consideradas como de “mal gusto, oportunistas, desilusionantes” entre otras razones por la proximidad con respecto a la muerte de Achebe, tan solo dos meses después. Le recriminan no haber hablado sobre ello con Achebe vivo. Otros, en cambio, no se han sorprendido en absoluto, ya que Soyinka y Achebe, a pesar de ser escritores, nigerianos y haber estudiado en los mismos centros, nunca han sido amigos. Cada uno de ellos desciende de una de las tres etnias dominantes en Nigeria: Chinua de los igbos; Soyinka de los yorubas. Enfrentadas y rivales históricas (aunque no siempre).

Sin embargo, tras la muerte de Achebe, Wole Soyinka le escribió una elegía: “Elegy for a nation: A tribute to the late Prof. Chinua Achebe”. Soyinka siempre se ha sentido deudor de Achebe. En concreto, me parece uno de los mejores homenajes que se le ha hecho a Achebe por parte de otro escritor.

Breve resumen:

Okonkwo es un gran guerrero, cuya fama se extiende por toda el África Occidental, pero cuando mata accidentalmente a un prohombre de su clan es obligado a expiar su culpa con el sacrificio de su hijastro y el exilio. Cuando por fin puede regresar a su aldea, la encuentra repleta de misioneros y gobernadores británicos; su mundo se desintegra, y él no puede más que precipitarse hacia la tragedia. Publicada por vez primera en 1958, Todo se desmorona se asocia con las narraciones orales, pero también con la tragedia griega y las grandes novelas del XIX. (Fuente: Ediciones DeBols¡llo)

«La literatura africana sería impensable y estaría  incompleta sin las obras de Chinua Achebe. En pasión, intelecto y prosa cristalina, no hay escritor que lo haya superado.» (Toni Morrison)

Tras leerlo:

La decisión del escritor de escribir esta obra, así como el resto de su narrativa, en inglés fue algo pensado y meditado. Achebe consideraba que la mejor manera de combatir la imagen de una África salvaje y primitiva, con seres más cercanos a los animales que a los humanos, era utilizando la lengua de los colonizadores, lo que sin duda ayudó a su difusión. Sin embargo, Achebe enriquece la narración con múltiples expresiones del lenguaje igbo.

La ignorancia nos lleva a menudo a desconocer sobre lo que hablamos. Aquella África primitiva, repleta de seres simples, incapaces. A los que había que sacar de su pozo sin fondo, del salvajismo. A los que había que tratar necesariamente como inferiores para que pudiera justificarse el atropello, con la descarada apropiación de todos sus recursos humanos y materiales. Achebe desafió al eurocentrismo y derrumbó esa imagen de manera increíble, certera y sin concesiones de ningún tipo. Lo hizo sobre todo para los propios africanos, para que superaran el estado permanente de humillación y subestima, “yo estaría completamente satisfecho si mis novelas, especialmente las que situé en el pasado, hubieran servido al menos para enseñar a mis lectores que su historia, a pesar de todas sus imperfecciones, no fue la larga noche de salvajismo de la que los europeos, actuando en nombre de Dios, vinieron a liberarnos” (Cbinua Achebe, “The novelist as teacher”, en Hopes and Impediments, Doubleday, Nueva York, p.45, traducción María Sofía López Rodriguez)

No empezó a escribir lamentándose por la interrupción del hombre blanco en las idílicas e idealizadas vidas de las tribus africanas. No. Achebe descubre una aldea africana, con sus aspectos negativos y positivos, organizada, compleja, difícil de entender en muchos aspectos (la primera parte se detiene en exponer y diseccionar “aspectos culturales de los igbos que van desde las instituciones políticas tradicionales, los roles sociales de las mujeres y los hombres, los sistemas de redistribución de bienes, los sistemas de justicia, moralidad o filosofía” 1). Achebe quita cualquier envoltorio superfluo y va a la raíz, nos desnuda su tierra tal y como él la ve, tal y como un igbo ve a los suyos y lo que les ocurrió. No vale una África imaginada. No se trata de un África idealizada o estereotipada. Al contrario. Se trata de una África real narrada con el pulso y las palabras de “uno de ellos”. Se trata de una narración que cuenta cómo eran antes y qué ocurrió a consecuencia de la irrupción del colonialismo en sus vidas.

La novela gira también en torno al precio que se ha de pagar por obtener/mantener el poder. Okonkwo, “el mejor hombre de Umuofia”, es un hombre de acción que tiene miedo al fracaso, miedo a no lograr el poder. Él hará lo necesario por muy duro, terrible y cruel que esto sea. Okonkwo quiere ser señor de la aldea y para ello tiene que mantener su imagen de mejor guerrero, hombre fuerte, sin miedo. Realizará actos que hubiera deseado no realizar y que, como contra-efecto, no complacerán a la Tierra. Son estas actuaciones (crueles, terribles y duras) las que no se escamotean, se muestran, se describen, transcurren sin ningún tipo de jucio por parte del escritor, que emplea un lenguaje directo para ello. Es uno de los muchos aciertos de la novela.

“Todo se desmorona” relata cómo intervino el colonialismo (en este caso británico) en sus vidas. Otros escritores tomaron también esta tarea la de narrar los males del colonialismo a través de sus novelas, obras de teatro y poemas (Senghor, Camara Laye, Peter Abraham, Eskia Mphahlele etc.,) Achebe mostró a los blancos desbaratándolo todo, imponiendo su religión, su sistema, su modelo-modelísimo ejemplar y único, ocupando tras el ofrecimiento pacífico, menospreciando las creencias de los igbos, su modo de vida, su propia vida. Blancos que no intentaron comprender, compartir, escuchar; al contrario, blancos que ningunearon, pisotearon, arrasaron. Que, en definitiva, lo desmoronaron todo. Desmoronar, deshacer y arruinar. Una sociedad, una cultura, una manera de vivir, unos códigos, unas vidas. Aprendemos a través de su lectura, a dónde condujo (conduce) la entrada en mundos complejos y ajenos: sometimiento, explotación, desaparición.

Han pasado más de cincuenta años desde que se publicó esta novela. Se han vendido millones de ejemplares y se ha traducido a más de cincuenta idiomas. Aún hoy, es imprescindible leerla.

No hay ninguna historia que no sea cierta-dijo Uchendu-El mundo no tiene fin y lo que es bueno en un pueblo es abominable en otros. (Pág.143)

Ficha:

  • Título original:  Things fall apart  (1958)
  • Idioma: Original: Inglés
  • Traducción al castellano: Random House Mondadori, S.A. (2010) DeBols¡llo
  • Traductor: Jose Manuel Álvarez Flores
  • Prólogo: Marta Sofía López Rodríguez
  • Imagen de portada:  Fotografía de Edel Rodríguez
  • Nº páginas: 205
  • Otras traducciones:
    • “Gainbehera dator dena”-Chinua Acebe. Editorial Alberdania [Euskera]
    • Todo se esfarela-Chinua Acebe. Rinoceronte Editora [Galego]
    • “Tot se’n va en orris”Chinua Achebe. Ediciones 62 [Catalá]

Sobre el  autor:

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Albert Chinualumogu Achebe (Ogidi, 1930- Boston, Massachusetts, 2013) Era hijo de un profesor en un colegio misionero. Sus padres, aunque le instruyeron en muchos de los valores de la cultura del pueblo igbo, eran devotos protestantes y le bautizaron como Albert por el nombre del marido de la reina Victoria. Su nombre de pila significa literalmente «Dios luchará en mi favor». Desde 1944 Achebe asistió al Government College en Umuahia, como otros autores nigerianos importantes, tales como Wole Soyinka, Elechi Amadi, John Okigbo, John Pepper Clark, y Cole Omotso. También fue educado en el Colegio Universitario de Ibadán, donde estudió Inglés, Historia y Teología. En la universidad, Achebe renegó de su nombre británico y tomó como nombre indígena Chinua. En 1953 se graduó . Antes de entrar en la Nigerian Broadcastin Company en Lagos, viajó por África y América y trabajó por un corto período de tiempo como maestro. En la década de 1960 fue director de servicios a cargo de La Voz de Nigeria. Desde 1971 colabora con Okike, una de las revistas literarias más influyentes de África. Se traslada a  Estados Unidos, donde vivía desde que en 1990 un accidente de tráfico le postró en una silla de ruedas. Allí falleció en marzo de 2013. (Fuente:Wikipedia)

  •  Otras obras traducidas:
    • “Arrow of God” 1964 – La Flecha del Dios
    • “A man of the people” 1966 – Un hombre del pueblo
    • “Anthills of the Savannah” 1987 – Termiteros de la sabana
    • “No Longer at Ease» 1960 – Me alegraría de otra muerte
  • Premios:  “Commonwealth poetry”; “Nigerian National Merit”; “Man Booker internacional” 2007. Miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters, así como Doctor Honoris Causa de más de treinta escuelas y universidades.

Para saber más:

Obituario:


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