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lunes, 17 de febrero de 2020

Los seis meses ‘horribilis’ de Miguel Bosé


Miguel Bosé y Nacho Palau

Los seis meses ‘horribilis’ de Miguel Bosé

Desde que el pasado octubre se conociera la separación del que fue su pareja durante 26 años, el cantante se refugia en México y muestra una actividad más crítica y política que nunca


Madrid, 19 de marzo de 2019

Desde que el pasado octubre se conociera que Miguel Bosé y el que fue su pareja durante 26 años, Nacho Palau, habían puesto fin a su relación y comenzaran un litigo para mantener unidos a los cuatro hijos que criaron juntos, la vida del intérprete de Amante Bandido ha dado un giro radical. En este tiempo, el cantante, de 62 años, ha trasladado su residencia a México, apenas se deja ver en actos públicos, el mal estado de su voz ha preocupado a sus admiradores y se ha vuelto más crítico y político que nunca.
México, su nuevo refugio

Miguel Bosé, que residió en Panamá durante los últimos tres años, confirmaba en septiembre de 2018 su traslado a la capital azteca tres meses después de que Hacienda lo incluyera en la lista negra de morosos. “Ahora estoy viviendo en México por razones de familia y trabajo”, respondió a Efe en un cuestionario por escrito. Bosé, que fue visto a su llegada con dos de sus hijos y 11 maletas, mantiene una vida muy anónima en el país latinoamericano y apenas se deja ver en público, solo en contadas ocasiones como cuando en octubre se desplazó hasta Ocuilan para apoyar a los afectados de un terremoto ocurrido un año antes. Según fuentes cercanas al músico, la familia Bosé vive en una exclusiva urbanización en el barrio de Interlomas, una zona alejada del bullicio de la capital, donde abundan los coches de alta gama y los condominios de lujo.
La batalla legal con Nacho Palau



El pasado 17 de octubre, Nacho Palau presentó una demanda contra el cantante en defensa de los derechos e intereses de sus hijos. De esta manera, el hombre que ha vivido discretamente junto al cantante durante 26 años no solo hacía oficial la relación que mantuvieron, sino que también admitía que hay problemas para llegar a un acuerdo tras el cese de la convivencia. Palau reclama a Bosé que sus cuatro continúen criándose juntos, pues tras terminar la convivencia entre ambos, Bosé solo se fue con dos de sus pequeños a México y los otros dos se quedaron con el escultor.
El cantante anunció en 2011 a través de las redes sociales que había sido padre de Diego y Tadeo, por vientre de alquiler. Dos años después se supo que criaba dos más, Ivo y Telmo. Es decir, cuatro vástagos, dos pares de gemelos, que solo se llevan siete meses de diferencia, pero nunca explicó más. Luego se supo que los dos más pequeños habían llegado a la familia por el mismo sistema, solo que con Palau como único progenitor. Sin embargo, Bosé siempre ha hablado de los cuatro como sus hijos, y una dedicatoria en su disco Amo (2014) sacó a relucir la importancia de Palau en su vida. “Amo es el resultado de ser padre. Amo soy yo ahora. Gracias a todos y en especial a Diego, Tadeo, Ivo, Telmo y Nacho, mis cinco niños”, escribió entonces.
Nacido en Valencia, Palau conoció al cantante hace casi 30 años. Juntos han vivido una relación que todo su círculo conocía pero que ellos nunca oficializaron. No posaban en las alfombras rojas y Bosé nunca hablaba de él. Ahora sigue sin hacerlo, aunque no duda en presumir de sus pequeños y mostrar su faceta más familiar en Instagram. “Tiempo de amores, de familia”, escribía el artista a mediados de enero con una imagen junto a dos de sus hijos, Diego y Tadeo, a los que no se les ve el rostro.
Miguel Bosé durante su actuación en el concierto 'Venezuela Aid Live', el 22 de febrero. En vídeo, las últimas polémicas en la vida del cantante

Preocupación por su salud
En noviembre se celebraron en Las Vegas la 19ª edición de los Grammy Latinos. Un evento en el que se pudo ver y escuchar al intérprete de Papito de forma pública por primera vez en varios meses. De su aparición sorprendieron dos cosas. Por un lado, su aspecto físico. Vestido completamente de negro, con pantalón, jersey de cuello vuelto, botas y abrigo levita del mismo color, destacaron su delgadez y sus rasgos, más afilados que en anteriores ocasiones. Pero, sobre todo, llamó la atención por su voz, una voz rota y quebrada que preocupó a sus seguidores. Una preocupación que se extendió unos meses después cuando, a comienzos de enero, Bosé publicó un vídeo en sus redes sociales felicitando el año nuevo a sus seguidores y quitándole importancia a las habladurías sobre su estado de salud. "Estoy de vacaciones, estoy tranquilo, estoy feliz, y no voy a contestar ninguna tontería. Feliz año”, dijo entonces, de nuevo con un aspecto desmejorado y con la voz igual de rota que en sus últimas apariciones.
Maduro, Bachelet y Venezuela
En los últimos tiempos, Venezuela y el cambio climático están entre sus prioridades actuales y las redes sociales son su principal altavoz en este arduo campo de batalla que le está trayendo por igual admiradores y detractores. En su versión activista por el medioambiente, su cuenta de Instagram replica muchos miércoles un hashtag, #HablemosPorLaTierra, en el que recuerda con frases o imágenes su preocupación por el planeta y la necesidad que tiene la humanidad de afrontar este problema rápidamente. La misma urgencia, pero utilizando palabras más contundentes, es la que le guía respecto a Venezuela y que le está ocasionando más de un desencuentro desde que incrementó su posicionamiento a favor del presidente interino Juan Guaidó y en contra de Nicolás Maduro y su violento régimen. “Maduro, pedazo de malnacido, sabíamos que eres incompetente, ignorante, farsante, dictador, marioneta, corrupto, narco, cobarde, criminal, pero ahora ya sabemos que eres el asesino criminal del pueblo venezolano. Que Dios te maldiga y te fulmine. Y pronto!!!”, es uno de los mensajes que se pueden leer en las redes del cantante, siempre acompañados de las etiquetas #VenezuelaLibre y #GuaidóPresidente.




Miguel Bosé, con un cartel en el que pide paz para Venezuela, en mayo de 2017 en una fotografía publicada en sus redes sociales.rn
Miguel Bosé, con un cartel en el que pide paz para Venezuela, en mayo de 2017 en una fotografía publicada en sus redes sociales.


Sin embargo, las afirmaciones que más críticas le han generado han sido aquellas en las que ha incluido a la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, que actualmente ocupa el cargo de alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU. Precisamente a ella iba dirigido parte de su discurso durante el concierto solidario que se celebró en Cúcuta, en la frontera de Venezuela con Colombia: “Aprovecho también para decirle a la señora Michelle Bachelet, altísima comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que venga ya de una puñetera vez a ver la cantidad de falta y de lectura de derechos humanos. Michelle, ven aquí, mueve tus nalgas y haz de una vez con la autoridad que tienes”. El tono no gustó a muchos. Poco después Bosé pedía disculpas al pueblo chileno y a la misma Bachelet por el tono ofensivo utilizado contra su persona, pero insistía su petición de que intervenga en la situación. Este pasado fin de semana, en cambio, atacó de nuevo a la alta comisionada de la ONU, a quien volvió a llamar "cobarde" y "cómplice" por su papel en la crisis de Venezuela.
Lucía Bosé, ante los tribunales
La madre de Miguel Bosé ha sido un gran refugio para el cantante. Lucía Bosé pasa largas temporadas con su hijo, ahora en México, y juntos disfrutaron la última Navidad en el Caribe. El artista también ha acompañado a su madre en sus momentos más duros, aunque desde la distancia, como el proceso que se ha celebrado contra ella por la supuesta apropiación indebida de una obra de Picasso. El pasado 7 de marzo Lucía Bosé defendía ante el juez que ella es la legítima propietaria de un dibujo de Picasso por el que la Fiscalía le pide dos años de cárcel. Según el fiscal, la actriz vendió una obra del pintor malagueño que pertenecía a Remedios Torres, conocida como La Tata, que perteneció al servicio de la familia Bosé durante 50 años. En el juicio, Miguel Bosé arropó a su madre desde México -compareció a través de videoconferencia­-, y se acogió a su derecho a no declarar para no perjudicar a su madre en el proceso.



Lucia Bose, durante el juicio.
Lucia Bose, durante el juicio.


Sus escasas apariciones en España y su ausencia en la gala contra el sida
A excepción de que a principios de octubre apareció en el photocall de una exposición en Madrid, donde apenas hizo declaraciones, hace meses que Miguel Bosé no visita España. Su presencia en el juicio de su madre hace unos días la solventó con una videoconferencia desde México, pero su asistencia más esperada era la gala contra el sida, celebrada el pasado 20 de noviembre por la fundación Lucha contra el Sida para recaudar fondos destinados a la investigación de esta enfermedad. Tradicional maestro de ceremonias de las ediciones anteriores, el cantante fue la gran ausencia de la noche. En su puesto de presentador estuvo Jesús Vázquez.
Críticas a Pedro Sánchez
El Gobierno español tampoco se ha librado de las críticas del artista. El pasado 3 de marzo, Bosé publicó un mensaje en Twitter en contra del presidente Pedro Sánchez y una campaña del Gobierno contra las pseudoterapias. En un vídeo hecho público por el Ministerio de Ciencia aparece a una mujer que acude a una tienda de telefonía para arreglar la pantalla rota de su teléfono móvil. El dependiente lanza conjuros sobre el dispositivo y le acaba pidiendo 100 euros. "No te dejes engañar por las pseudociencias. Ante la duda, con prueba", explica una narradora. Bosé no dudó en criticarlo y escribió un polémico mensaje en esta red social: “No solo te has vendido al Independentismo, ahora te vendes al lobby farmacéutico. Para el 28 de abril vas a estar de rebajas?"

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