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domingo, 3 de noviembre de 2019

Sylvia Plachy / The Village Voice







Sylvia Plachy
THE VILLAGE VOICE
Por Mireia Sentís y Joaquín Gallego

Especialmente atentas al movimiento, sus imágenes captan escenas a medio suceder, esbozos de acontecimientos que crean una tensión inquietante y misteriosa con una realidad cargada de melancolía. Más que contar historias, invitan a imaginarlas.


Todas las semanas, entre 1982 y 1993, una fotografía de Sylvia Plachy encabezaba el sumario del neoyorkino The Village Voice. Secuencias anónimas, en las que no parecía ocurrir nada especial, fueron atrayendo poco a poco el interés de muchos lectores que descubrían en ellas una realidad poco representada: la cotidianidad. Lo extraordinario de aquellas fotos es que enseñaban a ver aquello que nadie mira.

Acompañado de textos de la propia Plachy y de un disco que Tom Waits compuso para la ocasión,Unguided Tour («Visita sin guía»), el libro que recopilaba las fotos del Village Voice, obtuvo en 1990 el premio del International Center of Photography a la mejor publicación. Desde entonces, han aparecido Red Light (1996), Signs and Relics (1999, prologado por Wim Wenders) ySelf Portrait With Cows Going Home (2004). «Me hace reír y me rompe el corazón. Es moral. Es todo lo que un fotógrafo tendría que ser», afirmó de ella Richard Avedon.



Going On About Town («Deambulando por la ciudad»), la serie que publicó durante trece semanas de 2005 en The New York Times, reafirma lo que muchos ya sabían: que Plachy es probablemente la fotógrafa que mejor conoce los múltiples aspectos de Nueva York, una ciudad a la que llegó procedente de su Budapest natal –al igual que otros muchos maestros húngaros de la fotografía– con quince años. A propósito de ella, André Kertész afirmó: «Nunca he visto el momento sentido y atrapado con mayor intimidad y humanidad. Fotográficamente, es lo máximo». 








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