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sábado, 30 de septiembre de 2023

Islandia / Los sonidos del hielo

Aurora boreal
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Los sonidos del hielo

La actriz Ana Arias nos lleva a Islandia, donde le maravilló el lago glaciar de Jökulsárlón


MERCEDES CEBRIÁN
17 JUN 2016 - 00:00 CEST

Los sonidos del hieloAmpliar foto

La actriz madrileña, que interpreta a Paquita en Cuéntame, decidió airearse al terminar de grabar la serie esta primavera y sin pensárselo mucho aterrizó en Islandia.
¿Iba en busca de paisajes impactantes?
Pues no fui pensando en la naturaleza, sino en la experiencia que viviría como acompañante del equipo de rodaje de la película Baskavígin, dirigida por Aitor Aspe, que trata sobre balleneros vascos. En ese momento no tenía en mente los paisajes.
Pero ese es el fuerte de Islandia…
Y tanto. Lo que sentí una vez allí no tengo palabras para describirlo. Es increíble el poder de la naturaleza en estado puro. Era como estar en otro planeta.
Descríbame entonces algún paraje del planeta Islandia.
Me impactó Jökulsárlón, un lago glaciar en el que hace un frío terrible. La visión de esa inmensidad, de ese hielo azul tan puro es maravillosa. Nunca había visto tantos tonos de hielo, que además contrastan con el color negro de la arena. Si te quedas callada, el hielo suena al chocar.
¿Iba bien abrigada para gozar del hielo?
¡Nooo! Me ocurrió lo peor: mi maleta no llegó a tiempo, así que empecé el viaje solamente con lo puesto. Tuve que comprar ropa térmica. Un día me encontraba en medio de la nada y allí, en la tienda de una gasolinera, le tuve que comprar a mi hijo también algo que abrigase. Pero no había nada de su talla, así que le compré mi talla, la S, y le remangué el traje…, aun así estaba gracioso, el pobre.
Además de ropa térmica, ¿qué encontró en medio de la nada?
Vi muchos paisajes lunares, como extraterrestres. También las cataratas, como la de Skógafoss. Y en el interior, montañas. Me recordaron a las localizaciones de El señor de los anillos. Por allí dormimos dos noches en unas cabañas preciosas llamadas Hellisholar Cottages. Otra aventura muy distinta fue encontrar verduras frescas, porque allí no crece nada.
Como contraste, imagino que visitaría Reikiavik.
Sí, y me pareció una ciudad maravillosa. Había lugares que me recordaban a Williamsburg, el barrio neoyorquino. Y encontramos un pescado asombrosamente rico. No me canso de recomendar el restaurante Gallery Fiskur, donde comimos con todo el equipo.

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