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jueves, 4 de octubre de 2012

Paramount gana la batalla sobre los derechos de ‘El padrino’



Paramount gana la batalla sobre los derechos de ‘El padrino’

Un tribunal de Nueva York da la razón al estudio de Hollywood contra los herederos de Puzo por posibles secuelas. En España se edita 'La familia Corleone', germen del enfrentamiento


Gregorio Belinchón
Madrid, 4 de octubre de 2012


¿De quién es El padrino? ¿De su autor, Mario Puzo, y de sus herederos? ¿O del estudio Paramount, con el que Puzo firmó un acuerdo cediendo sus derechos cinematográficos? La batalla por El padrino arrancó en febrero, cuando el estudio de Hollywood demandó a los herederos de Puzo, que habían dado el permiso para que Ed Falco, escritor y profesor de literatura de la universidad de Virgina Tech, escribiera La familia Corleone, que desarrolla las andanzas de Vito Corleone, y de sus hijos adolescentes, en el Nueva York de 1933, en mitad de la Gran Depresión y a final de la Ley Seca. Todo se basaba en esquemas que ya había esbozado Puzo, antes de morir por infarto de miocardio en 1999. Paramount aducía en los tribunales que los personajes de El padrino son suyos y que la novela se servía de acontecimientos contados en El padrino y El padrino II -es cierto, La familia Corleone se desarrolla entre una y otra-.  En 1969, Puzo vendió los derechos para adaptar El padrino por 50.000 dólares, que sus herederos consideran que tendrían un valor razonable de 100 millones y que ha generado beneficios de más de 1.000 millones de dólares a lo largo de estas cuatro décadas. El argumento del estudio es que Mario Puzo firmó en 1969 un contrato en el que vendió todos los derechos e intereses en derechos de autor de El padrino, incluyendo los literarios y de uso de los personajes creados por la historia para otros trabajos futuros.

En marzo los herederos de Puzo contraatacaron: en su caso aseguraban que los derechos de futuros libros quedaban fuera de aquel acuerdo. Mientras el juicio seguía, los dos bandos llegaron a un acuerdo para permitir la edición del libro. En junio, Paramount y Hasbro sacaban a la venta un Monopoly El padrino. La semana pasada, la jueza de Nueva York Alison Nathan dictó sentencia: Paramount puede hacer todas las películas que quiera sobre los personajes de El padrino, porque son suyos, aunque decía que eso no aclaraba a quién pertenecen los derechos para sucesivas novelas, un hecho que deberá aclarar otro tribunal.

El meollo del asunto es que La familia Corleone está muy bien. Al contrario de otras continuaciones, Falco tiene buen pulso narrativo y describe bastante bien los tejemanejes de Vito Corleone, el carácter impulsivo de su hijo Sonny, de 17 años, y la seriedad de Tom Hagen, al que Vito ha enviado a la universidad. No es la primera secuela que completa los huecos cinematográficos que deja la trilogía de El padrino. Hace unos años se editaron El regreso de El padrino (2004) y El padrino: la venganza (2006), ambas de Mark Winegardner. En la primera arranca al final de la novela original y la segunda, los chanchullos de los Corleone en los sesenta codo con codo con los Kennedy. En La familia Corleone, editada en España por Roca Editorial, Ed Falco entiende que tiene unos límites para la acción, pero no para la descripción, y ahí ha tejido lo mejor de su obra. Por cierto, durante años, Francis Ford Coppola tuvo en mente una continuación de El padrino -un El padrino IV- que justo se iba a desarrollar en esos años treinta, en el proyecto se mencionaba a Leonardo DiCaprio como protagonista. Ahora, ahí hay un posible guion.

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