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sábado, 8 de octubre de 2005

Sergio Pitol / Espiral de cuento

Sergio Pitol
Ilustración de Martin Elfman


Sergio Pitol

BIOGRAFÍA

Espiral de cuento


E. DOBRY
8 OCT 2005
FRENTE A la poética del cuento como línea recta o como círculo cerrado, Pitol prefiere la espiral, la curva de perpetua excentricidad: en sus relatos la lógica es menos importante que la cadente divagación, el desarrollo de una trama menos verosímil que su llegar hasta cierto punto y negarse a avanzar (como le suele suceder a sus personajes). A Pitol no le preocupa la relojería narrativa sino la música de una evocación o, incluso, el ruido que rodea a la música. En sus cuentos hay siempre, tendida por debajo, una segunda trama, explícitamente literaria: escritores que viven la euforia o la desgracia de sus propios argumentos o que deliberadamente contaminan la ficción con su reflejo en otra ficción. Pitol juega a representarse en su propio cuadro, como observador observado, en una reelaboración del procedimiento cervantino de los espejos enfrentados. Un juego que afecta incluso a los géneros: no casualmente este volumen se cierra con 'El oscuro hermano gemelo', una superposición -no una mera fusión- de ensayo y relato, a partir de la relectura de Tonio Kröger de Thomas Mann. La prosa de Pitol está más cerca del campo magnético que de la corriente: las partículas se adhieren a su progreso según un plan oscuro. Es curioso que, mientras sus novelas se ambientan casi siempre en México, sus cuentos suelen tener escenario europeo. Y que mientras en las novelas el vínculo marital, en todas sus formas y deformidades, ocupa el escenario, en los cuentos aparece la soledad, la búsqueda de una máscara creíble, la literatura como territorio parecido al de la nacionalidad: una patria que lo exige todo sin prometer nada. Por otra parte, la Europa de Pitol no es la clásica del escritor americano que busca en el Viejo Mundo alguna respuesta a los demonios que carga: no es sólo Roma o París sino también Varsovia -muchas veces Varsovia, ciudad central y periférica a la vez-. O un pueblo de Ibiza, o un hotel en la falda del Tibidabo, los lugares más propensos a la angustia de (la carencia de) una identidad. Los escenarios europeos de Pitol son lugares que pasan de lo inquietante a lo letal, desdibujados por los vahos del alcohol. Las mismas catorce piezas que, de sus ocho volúmenes de cuentos, el autor eligió para esta antología parecen seguir conversando entre sí, conspirando en un murmullo, incluso cuando el lector ha cerrado el libro.
Los mejores cuentos. Sergio Pitol. Prólogo de Enrique Vila-Matas. Anagrama. Barcelona, 2005. 243 páginas. 15 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de octubre de 2005


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