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jueves, 6 de julio de 2017

Ruedan en Madeira la primera película de una serie basada en obras de Corín Tellado

Corin Tellado
Poster de T.A.

Ruedan en Madeira la primera película de una serie basada en obras de Corín Tellado


MARUJA TORRES
Funchal 22 FEB 1984


Corín Tellado, la mujer a quien Vargas Llosa entrevistó con admiración y sin rubor, a quien Cabrera Infante llamó "inocente pornógrafa", va a ver cómo parte de sus novelas -tiene escritas más de 2.500- y sus obsesiones son llevadas al cine y la televisión. Ha vendido los derechos de 20 de sus obras y por un plazo de cinco años, en un contrato renovable, a los productores portugueses de En la ciudad blanca, de Alain Tanner, y en Madeira se ha rodado Mi boda contigo, primera película de lo que se espera sea una serie coproducida por diversas televisiones, entre ellas la portuguesa y, posiblemente, también la española.
Esta chica de baja estatura y rostro entre perverso e inocente, que ahora mismo reza ante una tumba del cementerio de San Martina, en Funchal, en la dulce isla de Madeira, esta chica que soporta la lluvia artificial que los bomberos le arrojan sin misericordia, tiene un pequeño problema. Porque, ¿qué otra cosa sino un problema es estar enamorada del hombre que te hace de padre y no es tu padre pero al que quieres precisamente porque es tu padre, y además te has casado con él para que siga siendo tu padre y conservarlo así en herencia, como así prometiste a la mujer que te hizo de madre y que te educó, desde niña para ser la novia y la hija de tu padre que no es tu padre?Si el lector y la lectora se han perdido a estas alturas del párrafo será porque no están acostumbrados a la literatura fascinante de Corín Tellado, una mujer que vende más que Quevedo o que Cervantes, por repetir algo que nunca: dejará de escandalizar a los ortodoxos. Sin embargo, esta breve sinopsis no contiene ni la décima parte de situaciones equívocas, melodramáticas y, sobre todo, morbosas, de la película Mi boda contigo, primera traslación, a la pantalla de una novela de Corín Tellado, que estos días está acabando de realizar Valeria Sarmiento, una chilena de 35 años, montadora de oficio, esposa de Raúl Guerra y autora de un documental titulado El hombre cuando es hombre, que trata del machismo latinoamericano.
Valeria, que es de quienes creen que la obra de Corín Tellado forma parte de las raíces de la mujer latina, tuvo hace años la idea de que a la autora asturiana había que llevarla al cine. "Primero, porque hay que poner ahí, al descubierto, el mundo del que venimos, lo que nos ha nutrido. Y, después, porque me gusta mucho el melodrama, soy una amante de Douglas Sirk, y creo que en Tellado están todas las claves; del género. No me acerco al proyecto con intelectualismo, ni de una forma vergonzante. Intento hacer, honestamente, lo que la película me pide. Y que cada cuál saque sus propias conclusiones".

Todo está en Corín

Leyendo el guión, que por cierto es de Raúl Ruiz, una tiene la impresión de formar parte del jurado del Premio La Sonrisa Vertical, tan excitante puede resultar hojearlo. Porque hay -mejor dicho, no hay- incesto paterno-filial, incesto entre hermanos y necrofilia, así, tirando a poco. "Todo está en Corín", dice Valeria. "Nosotros no hemos añadido nada".Una de las curiosidades que ilustran esta exótica aventura es el hecho de que los productores de Mi boda contigo sean gentes tan acreditadas como António Vaz da Silva, Artur Castro Neves y Paulo Branco, que tienen a sus espaldas una intensa carrera de filmes realizados en colaboración con otros países, de los cuales el más destacable sería En la ciudad blanca, de Tanner.
"Queremos llegar al mercado latinoamericano, y no sólo a través del cine. Tenemos un preacuerdo con la televisión portuguesa para hacer una serie de 12 capítulos basados en otras tantas novelas de Tellado, y estamos tratando de interesar a TVE, con quien hemos tenido conversaciones, a través de Ramón Gómez Redondo".
El contrato firmado con Corín supone la compra de 20 novelas en un plazo de cinco años, y el dinero que recibirá por cada pieza no es ningún potosí: 600 dólares, es decir, alrededor de 100.000 pesetas.
En Mi boda contigo hay buenos actores, aunque no sean demasiado conocidos: Nicholas Silberg, de la Comédie Française, un grandilocuente actor clásico que se encarga de interpretar al padre que no es padre con el que Lola comete un incesto que no es incesto. "Le elegí por su aspecto de guapo en decadencia. La primera vez que nos encontramos, venía con una gorra ocultando su calva, y estaba muy nervioso. Hasta que al final, en un gesto melodramático, muy Tellado, se arrancó la gorra y gritó: '¿Qué piensas hacer con esto?'. Me eché a reír y le dije que no se preocupara, que le haríamos una hermosa peluca". Añade que lo importante es que tanto Silberg como la chica, Nadege Clair, actúan con tanta convicción, que harán que el público se crea las cosas que ocurren, por disparatadas que parezcan.
La realizadora no ha visto en su vida a Corín Tellado, pero ha leído Muchas de sus novelas como gran parte de las mujeres del mundo latino. Ahora mismo, en el aeropuerto de Funchal, hay ejemplares de varias obras de la autora asturiana, traducidos al portugués. En Mi boda contigo, está todo el universo romántico y sublimado de Corín, y también toda esa confusión subterránea que de repente aparece y convierte el argumento en algo digno del Buñuel de Abismos de pasión. Hay siempre un sentimiento de culpa, una expiación pendiente.
Pero volvamos al cementerio. Desde una de las hornacinas en forma de caja de ensaimadas con tapa de cristal, una foto de mujer dirige el destino de la joven Lola. Nadege Clair llora, sufre y promete a la madre que no es su madre que el padre que no es su padre y con quien acaba de casarse nunca irá a la cama con ella. "Mamá", dice la chica en tono de plegaria, "he venido a pedir tu bendición... porque pronto tendremos un hijo. Pero no te preocupes... Nunca ocurrirá nada entre nosotros. Vamos a adoptar un huerfanito. Un huerfanito como yo". En la apoteosis de lo cursi y lo perverso, aparece el padre que no es padre... y ella se desvanece.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de febrero de 1984

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