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domingo, 13 de marzo de 2016

Desafortunadas declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa




Isabel Preysler y Vargas Llosa en los recientes Premios Goya en Madrid días después de las polémicas declaraciones. Se especula que la incipiente senilidad del nobel o los manejos de Isabel están detrás de las controvertidas afirmaciones.

Escandalosas declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa

Indignación por las recientes declaraciones del nobel peruano según las cuales nada en su vida, ni siquiera los cincuenta años con su esposa, ni sus hijos, se comparan con la dicha que vive con su amante Isabel Preysler.

Tanto los que conocen a Vargas Llosa como los que no, pero creían conocerlo, leían una y otra vez sus frases para ¡Hola! con el fin de cerciorarse del disparate. “Este ha sido el año más feliz de mi vida”, le dijo a la revista española en su primera entrevista en conjunto con Isabel Preysler, con quien protagoniza un romance de primera plana.

El reportaje fue publicado con motivo de los primeros doce meses de la relación, que supuso el fin del matrimonio del escritor peruano con su prima Patricia Llosa. Ahora Vargas Llosa incurre en una falta de respeto mayúscula, ya que al manifestar que nunca había estado tan contento deshonra a su esposa, con quien celebró sus bodas de oro días antes de hacer pública su relación con Preysler.


Lo irónico es que el novelista no se cansaba de elogiar a Patricia ante el mundo entero cada vez que podía. Por ejemplo, el momento más recordado de su discurso de recepción del Premio Nobel en 2010 fue cuando apuntó, al borde de las lágrimas: “Sin ella, mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo y Morgana y los seis nietos que nos alegran y prolongan la existencia”. Pero ahora parece que ni ellos significan tanto como Isabel.


Teniendo en cuenta la dimensión de la ofensa, los comentaristas de sociedad ven dos posibles explicaciones para este desatino. Por un lado, al rozar los 80 años, y este es el caso de Vargas Llosa, comienzan a tener efecto la senilidad y la falta de filtro en las opiniones. Porque si la dicha incomparable fuese cierta, no podía decirlo, sino limitarse a expresar: “estoy feliz”, y punto.

Por el otro lado, no hay que olvidar que Isabel controla la revista ¡Hola! hace tres décadas, como la gran estrella de sus taquilleras portadas, y no se descarta que hubiese sido de ella la idea de las desafortunadas palabras que la dejan muy bien parada, luego de ser acusada de robamaridos.



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