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sábado, 21 de marzo de 2015

Antonio Gamoneda / El libro del frío / Tres poemas



Antonio Gamoneda

TRES POEMAS



El cuerpo esplende en el zaguán profundo, ante la trenza del esparto
y los armarios destinados a los membrillos y las sombras.

De pronto, el llanto enciende los establos.

Una vecina lava la ropa fúnebre y sus brazos son blancos
entre la noche y el agua.


***

Todos los árboles se han puesto a gemir dentro de mi espíritu
al recordar tus bragas en la oscuridad, la luz debajo de tu piel,
tus pétalos vivientes.

Atravesando los aniversarios, a veces viajan las palomas ebrias.

Venga desnuda tu misericordia, ah paloma mortal, hija del campo.



***


El mirlo en la incandescencia de tus labios se extingue.

Yo siento en ti grandes heridas y te desnudas en mis fuentes.

Se extingue el mirlo en las alcobas blancas donde soy ciego,
donde, algunas veces, suenan en ti grandes campanas.





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