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miércoles, 22 de agosto de 2012

Natalia Junquera / Maleta de vuelta / Se acabó el sueño español


Natalia junquera
Se acabó el sueño español
MALETA DE VUELTA


“Se acabó mi sueño español”, dice Liz Stella Rozo, una colombiana que luego de diez años en España se va Berlín con sus pequeñas hijas. Y Alemania no será la última parada.




Liz Stella Rozo, de 32 años, y sus hijas, Lisette Leonela, de 13, y Angie Pamela, de 10, volaron el pasado jueves a un país en el que nunca habían estado y cuyo idioma no hablan, Alemania. Liz llevaba diez años en España. A sus hijas se las trajo con dos y seis años, cuando pudo. Su marido, Jesús Álvarez, lleva ya cuatro meses en Alemania. En la emigración siempre hay uno que se adelanta.
“El fin del emigrante es encontrar algo mejor. En España ya no hay posibilidades de mejorar. Ya no podemos hacer lo que hacíamos, es decir, los trabajos que no querían hacer los españoles, porque ahora hay tanto paro que ni siquiera esas plazas están libres”, explica Liz. “Yo estudié comercio exterior y finanzas en Colombia, pero aquí nunca me ha servido de nada. Cuando llegué pensé que iba a ser distinto, tenía mi sueño español, pero tuve que ponerme a trabajar cuidando a personas mayores, y mi marido, en la construcción. Pensé que así mis hijas podrían estudiar un título que les sirviera de algo, no como los nuestros de Colombia. Pero llegó la crisis y estábamos ahogados. Se acabó mi sueño español”.
“Nos tenemos que ir porque aquí no hay trabajo y en Alemania casi no hay crisis y sí oportunidades”, dice de un tirón Lisette, de solo 13 años. “¿Que si me da miedo aprender alemán? No. Nunca hay que tener miedo a aprender cosas nuevas. En seis meses espero poder mantener conversaciones y en dos años cometer solo alguna falta de ortografía. ¡El alemán es un idioma mucho más sencillo que el español!”.
Liz recuerda cómo bromeaba con sus dos mejores amigas, Loli y María Jesús, andaluzas, sobre el mal castellano que hablaban ellas. Lleva sus fotos en su equipaje de mano, es decir, lo más cerca posible, las fotos de sus dos mejores amigas. “Son divertidísimas. Mi segunda familia. Ahora me toca empezar de nuevo”.


El objeto de su maleta al que Angie, colombiana de 10 años, da más valor es esta biblia dedicada por sus compañeros de colegio. / BERNARDO PÉREZ
Las tres llevan en la mano los recuerdos de España a los que más cariño le tienen. Lisette un cartel que le han hecho sus amigas diciéndole que la echarán de menos. Aunque al principio no fue fácil. “Hay veces que España me ha decepcionado. Al principio, se reían de mí en el colegio. Porque era extranjera, porque era más pobre, porque todo lo decía mal. Porque no llevaba ropa de marca, porque no me gustaban los mismos grupos musicales o de cine que ellos. Todos somos diferentes. No hay nadie igual. Antes tenía ganas de irme pero ahora tengo amigos que me han demostrado ser amigos de verdad”.
Las tres saben que Alemania no será la última parada en su viaje. A Liz le gustaría volver a Colombia. Lisette quiere estudiar cine en EEUU y Angie vivir en París y ser “arquitecta o diseñadora de moda”.





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