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viernes, 27 de julio de 2012

Cacería de elefantes en Botsuana / El escándalo del Rey Juan Carlos



LA CACERÍA DE ELEFANTES EN BOTSUANA

EL ESCÁNDALO DEL REY

WWF deja al Rey sin la presidencia de honor

La ONG ha tomado esta decisión en asamblea extraordinaria tras la cacería de elefantes



Los socios de WWF han decidido este sábado, reunidos en asamblea extraordinaria, eliminar el cargo de presidente  honorífico de la organización conservacionista, que ostentaba el Rey desde su fundación, en 1968, y que ha suscitado muchas críticas tras el episodio de la cacería de elefantes protagonizada por el monarca en Botsuana (Africa) el pasado mes de abril.
Según ha confirmado la ONG en un comunicado, la asamblea ha canalizado las numerosas muestras de malestar de sus socios y de la sociedad en general, tanto dentro como fuera de España. "Aunque ese tipo de caza es legal y está regulada", señala la nota, "ha sido considerada incompatible por muchos de sus socios", con la Presidencia de Honor de una organización internacional como WWF de defensa de la naturaleza y el medio ambiente y una de la que más esfuerzos y recursos dedica a la conservación de especies en peligro de extinción".
El 94% de los socios de WWF España votaron a favor de la supresión de la figura de Presidente de Honor, ya que la decisión se adoptó por 226 votos a favor y 13 en contra en una asamblea extraordinaria celebrada hoy en Madrid con el único aspecto en su orden del día de la suspensión o mantenimiento de la presidencia honorífica de la ONG.
Para aprobar la eliminación del cargo, los estatutos exigían además el respaldo de dos tercios de los socios presentes en la asamblea, que fueron varias decenas, a las que se sumaron las manifestaciones emitidas por correo por parte de los que no siguieron físicamente la asamblea.
Concretamente, y desde un punto de vista legal, lo que ha hecho WWF con esta decisión ha sido eliminar el artículo 6 de sus estatutos sociales, que es el que otorga la presidencia de la ONG al rey Juan Carlos.
"Es Presidente Fundador y de Honor de la Asociación Su Majestad El Rey D. Juan Carlos I de España", reza exactamente el artículo 6 de los estatutos sociales de WWF eliminado ahora.



El Rey pide perdón para intentar poner freno a la crisis institucional

Gobierno y PSOE apoyan las disculpas y confían en que se enfríen las críticas

Los asesores le narraron el rechazo social y le aconsejaron una respuesta clara

La historia cuenta que los reyes no piden perdón. Como mucho, rectifican sin reconocerlo expresamente. Pero la historia, no solo la española, sino la de las monarquías occidentales, dio ayer un salto inesperado en Madrid. Con mirada compungida, un tono de voz bajísimo, y una clara intención de recuperar el favor perdido de la opinión pública, el Rey de España rompió en 11 palabras una de las tradiciones más arraigadas en cualquier monarquía: "Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir". Ni citó la cacería en Botsuana, no explicó más, pero parece obvio que hablaba de eso.
Lo dijo ante una cámara de RTVE situada en la puerta de la habitación del hospital USP San José, poco antes de abandonarlo tras ser dado de alta cuatro días después de su operación de la cadera. Su mensaje causó inmediatamente una conmoción política. El problema, hasta ayer silenciado oficialmente, estalló.
Detrás de esa breve frase está el intento por minimizar el daño de una crisis institucional sin precedentes causada por la decisión de don Juan Carlos —en una de las peores semanas de la crisis económica— de irse a cazar elefantes en un elitista safari en Botsuana con un coste de unos 40.000 euros. Una caída le provocó una ruptura de cadera. Solo eso forzó que un viaje privado y secreto fuera conocido por todos los españoles 36 horas después de la caída, cuando el Rey ya estaba en el hospital en España.
Ese escándalo se sumaba inmediatamente a todos los problemas de la Casa del Rey en los últimos meses, en especial el caso Undangarín, al que se añadía el accidente con una escopeta de su nieto mayor, Felipe Marichalar. La secuencia convertía el asunto en un cóctel de mala imagen de complejísima gestión.
El Rey fue informado desde el primer momento de las reacciones que provocaba en la sociedad su viaje a un lujoso safari pagado por Mohamed Eyad Kayali, un empresario saudí que suele representar a la casa real de este país, según adelantó ayer El Mundo y confirmó este periódico.
Los principales responsables de la Casa del Rey mantuvieron a don Juan Carlos al corriente de todas las críticas que estaba recibiendo. Leyó la prensa, escuchó la radio, vio la televisión. Le dieron un consejo claro: tenía que hacer algo para intentar recuperar su imagen, que durante los 36 años de reinado jamás había sufrido un deterioro tan rápido y tan profundo.
La estrategia la trazaron Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey desde septiembre de 2011, y Javier Ayuso, responsable de comunicación desde hace solo un mes y medio. Desde el lunes estaba muy claro que iba a decir algo, aunque no se sabía ni cómo ni qué. Finalmente, no fue una explicación, como se planteó inicialmente, sino una disculpa muy directa y muy breve: 4 segundos.
La política ha vivido las últimas horas con una enorme y creciente preocupación. Mientras la polémica crecía en la ciudadanía, los dos grandes partidos mantenían una especie de pacto de silencio que poco a poco se iba rompiendo, especialmente del lado del PSOE.
El Gobierno y el PP han mantenido un silencio estricto, remitiéndose a los comunicados de La Zarzuela. El PSOE dijo sin decir. “No comentamos la agenda privada del Rey, ni cuando nos gusta ni cuando no nos gusta”. Las críticas directas solo llegaban desde algunos barones socialistas, desde la izquierda, algunos nacionalistas y sobre todo ERC.
Pero lo cierto es que tanto en el Gobierno como el PSOE había —y hay— mucha preocupación. Un problema de imagen del jefe del Estado, en plena crisis económica, con la política en horas bajas de valoración, con tensiones nacionalistas crecientes, es el peor de los escenarios. Así que muchos confiaban en que el Rey hiciera algo, aunque solo algunos —Patxi López, por ejemplo — se atrevían a reclamar que pidiera perdón.
Desde el martes, se esperaba que el Rey reaccionara con esa petición de excusas. El Ejecutivo no quiere reconocer oficialmente que estaba informado previamente, y se limita a decir que la disculpa es una decisión del Rey que el Gobierno “respeta”. Sin embargo, la noticia era más que esperada en los círculos del poder.
El PP se apresuró a enviar un comunicado en el que señalaba que apoya a “una monarquía que está en sintonía con lo que el pueblo español espera y necesita de ella”. El PSOE fue más explícito: “El Rey ha hecho bien en disculparse”, señalaron fuentes de este partido. Mientras, desde IU. Gaspar Llamazares agradeció las disculpas, pero sentenció que mejor sería una rectificación y una nueva política de transparencia de la Casa del Rey.
Más respaldo político llego desde México, donde Mariano Rajoy, sin referirse a la polémica —no ha dicho nada estos días— reivindicó la trayectoria del Rey. “Es el mejor embajador de España, es de justicia reconocer su méritos y su dedicación de tantos años al progreso de España y de los lazos que nos unen con la comunidad iberoamericana”. Rajoy fue criticado por no haber impedido, como presidente y por tanto responsable de los actos del Rey, el viaje a Botsuana.
Todas las fuentes consultadas del Gobierno y el PSOE confían en que esta reacción inédita del Rey enfríe la polémica. Pero nadie da ni mucho menos por resuelta la crisis. Ahora queda mucho trabajo por hacer. Para empezar, dar mayor transparencia a los actos de la familia, como corresponde a una monarquía y un país del siglo XXI. Pero sobre todo para enfrentarse al escándalo del caso Urdangarin, en el que ahora aparecen correos electrónicos que hablan de gestiones del propio Rey a favor de su yerno.
Don Juan Carlos marcará un perfil bajo en las próximas semanas, mientras el Príncipe Felipe ocupará el primer plano, aunque nadie se plantea en este momento la abdicación. En su breve alocución, el Rey dejó claro que está deseando volver al trabajo. El viernes mantendrá su despacho semanal con Rajoy para dar sensación de normalidad. Los protagonistas de esta crisis saben que en este momento hay cualquier cosa menos normalidad. Pero todos confían en que estas disculpas sirvan al menos para intentar recuperarla en el futuro.


El ACCIDENTE DE DON JUAN CARLOS

El Rey es operado tras romperse la cadera en un viaje de caza en Botsuana

Don Juan Carlos se hallaba participando en un safari de elefantes cuando sufrió una caída

El Príncipe representará a su padre durante los 45 días que el jefe del Estado estará de baja

  • La caza, regulada previo pago de entre 7.000 y 20.000 euros
  • La fractura de cadera es más común en mujeres mayores
  • Juan Carlos, un gran aficionado a la vela y a la caza
 Madrid 15 ABR 2012 - 00:02 CET

El rey Juan Carlos, de 74 años, fue operado ayer por cuarta vez en 24 meses. En esta ocasión la intervención se ha debido a la fractura de la cadera derecha, consecuencia de una caída que sufrió cuando se encontraba en Botsuana cazando elefantes. El accidente no se produjo mientras realizaba esta actividad. Se cayó al tropezar con un escalón cuando se levantó por la noche en el campamento en el que pernoctaba.
El accidente ocurrió sobre las cinco de la madrugada del viernes. La Casa del Rey informó de lo sucedido ayer a las 9.29, cuando don Juan Carlos había sido ya operado con éxito y descansaba en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital USP San José. El doctor Ángel Villamor, que también ha sido su cirujano en las lesiones de la rodilla y el pie, aseguró que don Juan Carlos se recupera muy bien y que el resultado de la cirugía ha sido un éxito. Según los plazos adelantados por los médicos, el monarca permanecerá entre cuatro y cinco días en el hospital y durante 40 días más estará de recuperación en su residencia. Mientras dure la baja médica, el Príncipe de Asturias representará a su padre.


GRÁFICO. Las lesiones y accidentes del Rey
La Casa del Rey no informa de las actividades privadas de la familia real. Por eso se desconocía que don Juan Carlos se hallaba en Botsuana desde el pasado lunes, según informó ayer un portavoz oficial. Esta misma fuente explicó que el Rey estaba junto a un grupo de cazadores con los que había viajado en un avión privado. El accidente se produjo el cuarto día de su estancia. Don Juan Carlos se levantó en su dormitorio, se dirigió al baño y en el camino tropezó con un escalón. Como consecuencia de la caída, se fracturó en tres fragmentos la cadera derecha derecha, en la que ya sufría una “importante artrosis”, como señaló el doctor Villamor. Esta dolencia le impedía desde hace tiempo moverse con normalidad.
En el momento del accidente fue atendido por un médico de Casa del Rey, ya que don Juan Carlos siempre viaja acompañado de intensivista. Inmediatamente se organizó su regreso a España. En Botsuana no se le realizó ninguna prueba médica. Fue el propio Rey quien llamó a Villamor para explicarle lo sucedido. El viaje de regreso lo realizó en otro avión privado. “Lo hizo sentado”, señaló el jefe médico del palacio de La Zarzuela, el doctor Avelino Barros.


El príncipe Felipe, a su salida de la clínica donde está el Rey. / GORKA LEJARCEGI
Tras ocho horas de vuelo, don Juan Carlos aterrizó en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz (Madrid) y desde allí fue trasladado al Hospital USP San José, donde fue intervenido inmediatamente. La operación duró dos horas y media. Tras ocho horas en la UCI, pasó a una habitación. “Está muy animado”, señalaron los médicos. “Incluso ya hemos comenzado las sesiones de rehabilitación y pronto se pondrá en pie con ayuda de muletas”, añadieron.
La Reina ha seguido la evolución de su esposo desde Grecia, adonde partió el viernes, en vuelo regular, para pasar con sus hermanos la Pascua ortodoxa. Está previsto que regrese mañana. En Madrid se encontraban en el momento de la intervención los príncipes de Asturias y doña Elena. La infanta presidió un acto por la mañana y por la tarde visitó a don Juan Carlos acompañada de su hija Victoria. A última hora acudió a la clínica don Felipe: “Está muy bien, muy animado, con hambre y deseando enseguida levantarse y volver a la actividad”, explicó.

Su afición a la caza tiene un origen familiar. A los Borbones siempre les ha gustado. Además del Rey, también practican esta actividad la infanta Elena y el príncipe, aunque tras su matrimonio con doña Letizia frecuenta menos los cotos. También Felipe Marichalar ha heredado la afición. Cuando el lunes el niño sufrió un accidente al disparársele la escopeta en un pie estaba, según la Reina, “de caza”, otras versiones indican que hacia prácticas de tiro.
La vela y la caza son las dos grandes aficiones de don Juan Carlos tras abandonar el esquí después sufrir una aparatosa caída. Durante años ha acudido a los cotos de Alberto Alcocer, Samuel Flores, Isidoro Álvarez y Florentino Azuaya. En los últimos tiempos es habitual que vaya a La Encomienda de Mudela, en Ciudad Real, donde hay perdiz roja.
Ni PP ni PSOE hablaron del accidente. Sí lo hizo el coordinador federal de IU, Cayo Lara, que dijo: “El Rey está demostrando una falta de ética y respeto a mucha gente en este país que está sufriendo mucho”. Y la portavoz de ERC Anna Simó, que criticó que no haya entrado en lista de espera: “Ello demuestra el grado de desintegración moral de la monarquía”.



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