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lunes, 5 de diciembre de 2011

Tony Scott / Un mundo sin fin

Tony Scott
FICCIÓN

Otoño en la Edad Media

Visita con Ken Follett al rodaje, en la campiña húngara, de 'Un mundo sin fin'

No todos los días pones los pies en la Edad Media. ¡Lo que hubieran dado Duby, Le Goff o Huitzinga por vivir la experiencia! El suelo es de tierra y losas de piedra y está sembrado de hierbajos y desechos de mercado. Estamos en la plaza de Kingsbridge, flanqueada de casas y en dos de sus extremos por la indispensable catedral y el priorato. El medioevo, no crean, es incómodo, sucio y hace frío. Además te sientes algo inquieto. En cualquier momento se desata la peste negra, irrumpe un tropel de jinetes con las espadas desenvainadas, te ponen en la picota o te ahorcan por bruja. Y cuando no se te derrumba la catedral, se te hunde el puente. Hace un rato ha pasado un soldado con la librea del conde de Shiring que mostraba la tez lívida y unas heridas espantosas: tendría que estar muerto pero iba animado hacia la cantina. Aún más raro ha sido ver a esa chica resabidilla, Caris (Charlotte Riley), con un anorak de North Face sobre la túnica y hablando por el móvil. Me inclino para recoger un objeto que no debería estar aquí, una colilla de cigarrillo, y entonces veo, junto a la herrería, a un hombre maduro de pelo blanco que luce una sonrisa satisfecha. "Existía en mi cabeza ¡y lo han construido!", exclama. Es Ken Follett: el responsable de todo esto.

El novelista escribirá una tercera parte de 'Los pilares de la tierra'
Esto es el monumental set de rodaje de Un mundo sin fin, la serie televisiva de ocho horas basada en el best seller del mismo título, continuación deLos pilares de la tierra. Es una producción carísima -33,5 millones de euros-, en la que participan Tony y Ridley Scott, y con un reparto de lujo lleno de caras conocidas, incluida una de las chicas de Sexo en Nueva York, Cynthia Nixon (en el Medioevo, Petronilla), lo que no deja de ser algo desconcertante, pese a que en la Edad Media de Follet, con perdón, hay mucho sexo. Un mundo sin fin se rueda en los estudios Korda en Etyek -también se filma aquí Los Borgia, lo que lleva a que coincidas con algún guardia suizo (!) en los lavabos-, a veinte minutos de Budapest. El rodaje empezó en julio, está previsto que finalice el 15 de diciembre y la serie, que según los productores es muy respetuosa con la novela, se estrenará en verano. Se emitirá en España (Cuatro) en septiembre.
Para la ocasión se ha construido en medio de un prado en la campiña húngara una asombrosa réplica de la literaria ciudad de Kingsbridge, centro de las diversas tramas tanto en Los pilares de la tierra como enUn mundo sin fin, que transcurre dos siglos más tarde en la misma localidad. La ciudad, que ocupa una hectárea, es más pequeña que en las novelas, algunas casas solo tienen fachada y la falsa piedra del claustro se desmonta si la rascas, pero la atmósfera resulta impresionante. En el vecino río se han construido dos puentes, el de madera y el de piedra. En una pausa del rodaje, el cineasta Michael Caton-Jones (el director de la serie y que dirigió antes Rob Roy), explica que para el ambiente general -de la iluminación al vestuario- se han inspirado en los prerrafaelistas, lo que, dice, otorga una textura muy romántica a ese medioevo de oscurantismo, sangre y miseria característico de Ken Follet. Sorprende el cineasta al decir que no ha leído el libro. "Mi trabajo es hacer el filme", zanja.
Para el actor Rupert Evans, que encarna al monje Godwin, lo peor ha sido la tonsura. "No puedo dar la espalda a las chicas", bromea. Su personaje, opina, es una especie de fundamentalista, "un joven Hitler". Al peor tipo de la historia, el belicoso Ralph, lo interpreta Olivier Jackson-Cohen. "Empecé el rodaje con una violación y luego no he parado de cometer desmanes", explica. El conde Roland es Peter Firth. "Te pones ropa medieval, te dan una espada y un caballo y ya estás en el papel. Esto no es hacer Shakespeare, sino Ken Follet". Tom Weston-Jones es el constructor e inventor Merthin, el gran protagonista. Dice que ha descubierto un interés por la ingeniería a partir de su personaje.
Follet, que no ha intervenido como guionista ni como asesor, pero vuelve a hacer un cameo, muestra enorme fair play y dice que si la serie no cambiara cosas de la novela "sería muy aburrida". Del hecho de que algunos de los protagonistas tengan ideas y actitudes que parecen demasiado modernas, de la arquitectura al sexo, señala que no cree que psicológicamente la gente medieval fuera muy diferente de nosotros, solo algo más sucia.
Ken Follett reveló que proyecta escribir una tercera novela sobre la Edad Media, otra continuación de Los pilares, cuando acabe la trilogía iniciada con La caída de los gigantes. Así que será posible el regreso a Kingsbridge.

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