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domingo, 31 de octubre de 2010

Jane Bowles / 23 años después

Jane Bowles: un libro, una tumba, una sombra y una avenida de Málaga
Jane Bowles, entre Truman Capote y su esposo Paul

A.L.


23 años después

A. L. 3 NOV 1996

No conocí a Jane; tal vez no debería haberme cruzado en su historia, pero cuando fui a visitar sus restos me di con una pegatina naranja que decía: "¡Atención! Esta unidad de enterramiento va a ser desalojada urgentemente. Rogamos nos llamen a los teléfonos..."
Llamé y me dijeron que si nadie se hacía cargo iría a parar a una fosa común.
Tomé la decisión que creí debía. Tal vez me esté equivocando, pero quien podría decírmelo es su marido, Paul Bowles, el cual no lo ha hecho.
Porque Jane ante todo es un ser humano, por encima de una escritora de culto o un mito del cosmopolitismo intelectual. Es una persona, un ser que debe descansar en paz, al cual ruego respeto. Jane no es una reliquia, no es algo de lo que tengamos que hacer un circo; pues una exhumación y traslado a un osario no es ningún rito, no es un evento..., es simplemente la única vía que una estudiante de 18 años ha encontrado para preservar su huella.
Posiblemente el camino a seguir habría sido otro, pero la lucha por San Miguel ofrece síntomas de fatiga, que no ayudan a prevenir las numerosas exhumaciones que hace algún tiempo se están llevando a cabo. Yo pido perdón a todos aquellos que se hayan sentido ofendidos y sólo exijo un atisbo de intimidad y duelo.
Jane, descansa en paz.
A. L. son las iniciales de la joven de 18 años que ha evitado el traslado de los restos de Jane Bowles a la fosa común.



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