sábado, 23 de marzo de 2019

Ana de Armas / Antes de Blade Runner

Ana de Armas







Ana de Armas: "Antes de 'Blade Runner' no me salía nada, por el acento"

La actriz cubana es, junto a Ryan Gosling y Harrison Ford, la protagonista de una de las secuelas más esperadas de la historia del cine. Pero ella no sueña con ovejas eléctricas ni con estrellas en Hollywood. Solo con hacerse un hueco siendo ella misma


Irene Crespo
28 de septiembre de 2017



Blade Runner
Ana mira a cámara entre luces de neón con chaqueta acolchada de Kling. Su mirada glam se consigue dibujando un trazo grueso en el párpado con Palette Couture Eyeliner N1 Noir Minimal de YSL Beauté. A continuación, reviste el ojo de brillo glitter con Couture Hologram Powder de YSL Beauté. DARÍO VÁZQUEZ

De Cuba a Hollywood pasando por Madrid. En 29 años. A estas alturas de su película personal, Ana de Armas podría decir aquello de: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais". Nació en Cuba, en 1988. Una infancia y adolescencia en la isla caribeña supuso crecer sin móviles, sin Internet, sin canales de televisión, sin tener plena conciencia de qué era Hollywood. "Como niña en Cuba, el mundo no existe para ti, no tienes ni idea de lo que pasa fuera. Es muy difícil soñar, porque supuestamente estamos bien con lo que tenemos", dice en respuesta a si alguna vez se imaginó compartiendo cartel con una estrella como Ryan Gosling en una superproducción como la secuela del clásico entre clásicos de la ciencia ficción, Blade runner.
No soñaba con ser estrella del cine mundial, pero sí sabía que quería actuar. Y tras cuatro años en la escuela de interpretación en Cuba, en cuanto cumplió los 18, sacó su pasaporte español, su tesoro heredado de unos abuelos nacidos en Valverde (Léon) y Guardo (Palencia), y se compró un billete a Madrid con los 200 euros que le quedaban de sus tres primeras películas. A las pocas semanas de llegar a España, Luis San Narciso, el rey del casting español, la llamó. La había visto en Una rosa de Francia, de Manuel Gutiérrez Aragón, y quería hacerle una prueba para una nueva producción televisiva que prometía. Y tanto. La serie fue El internado, aquel colegio misterioso del que salió una generación de actores triunfitos: Blanca Suárez, Martiño Rivas, Yon González y, sí, Ana de Armas.
Pasó tres años corriendo por aquellos pasillos de internado encantado, mientras en la calle la reconocían como una estrella. Ana de Armas entendía ya qué significaba ser famosa, pero no entendía por qué, si lo era, no recibía ofertas para más proyectos. Tras El internado vino su primer éxito en cine con la hormonada Mentiras y gordas, y participó en otra serie, Hispania; Antonio Trashorras confió en ella para El callejón y Anabel; y rodó Por un puñado de besos. Pero no avanzaba, se sentía estancada, encasillada en el tipo de papeles con los que había empezado










"Al llegar a Hollywood, todo lo que has hecho antes no cuenta"



Una nueva vida le espera en las colonias espaciales. Podría volver a empezar en una tierra dorada llena de oportunidades y aventuras. Y la llamada llegó. Era el cineasta venezolano Jonathan Jakubowicz, desde Los Ángeles, buscaba a una actriz para interpretar a la mujer del boxeador panameño Roberto Durán. Ya tenía el resto del reparto: Edgar Ramírez, Robert De Niro, John Turturro, Ellen Barkin… Ana se fue para allá, Jakubowicz le dio el papel y cuando acabó el rodaje decidió que se mudaba a EE UU. Así. De nuevo estaba cruzando el charco.
"Lo hice porque mis agentes allí me dijeron que era un buen momento, que era importante estar aquí, presente", cuenta en una parada breve en Los Ángeles antes de volver a Londres y seguir rodando Three seconds, con el actor Joel Kinnaman. "Lo decidí y, dos días después, vendí mis muebles y cogí un avión".
¿Cómo fue llegar a Los Ángeles y ser alguien anónimo de nuevo?
Tiene sus altos y bajos, porque de pronto te tratan como si acabaras de empezar. Y no, yo empecé a los 13 años, pero para ellos todo lo que había hecho antes es como si no contara. Ahora que ya he hecho cinco o seis películas en EE UU [entre ellas Knock knock y La hija de Dios, ambas con Keanu Reeves] aún les cuesta. Es muy buen ejercicio para el ego, te pone los pies en la tierra. Es una oportunidad para empezar, no cometer los mismos errores, reflexionar, elegir mejores proyectos. Tiene sus cosas buenas y cosas malas.
¿No te cuestan los cambios?
Siempre he estado abierta a cambios. Sé que, al principio, vendrán con limitaciones. Necesitas un periodo de adaptación, pero no me doy por vencida porque siempre son para bien. Siempre.
En tu caso sí han resultado así; primero en España y ahora en Los Ángeles.
Pero siempre sacrificas cosas. Tiene su parte buena en el sentido de vivir aventuras. Soy una persona curiosa con ganas de aprender y superarse, pero dejas muchas cosas detrás: a la familia, a los amigos, no sientes que tienes una casa detrás...












¿Dónde se desarrollaría Blade runner hoy en día? Por ejemplo, en un montacargas escaso de luz. Así retratamos a Ana de Armas, en la imagen con bomber peluda de Louis Vuitton y falda acharolada de Pepa Salazar. Ese halo de misterio y frenesí nocturno se intensifica con unas gotitas de Black Opium Nuit Blanche de YSL Beauté. Para mantener su piel intacta hasta el amancer nada mejor que el fondo de maquillaje night-proof  All Hours Foundation de YSL Beauté.
¿Dónde se desarrollaría Blade runner hoy en día? Por ejemplo, en un montacargas escaso de luz. Así retratamos a Ana de Armas, en la imagen con bomber peluda de Louis Vuitton y falda acharolada de Pepa Salazar. Ese halo de misterio y frenesí nocturno se intensifica con unas gotitas de Black Opium Nuit Blanche de YSL Beauté. Para mantener su piel intacta hasta el amancer nada mejor que el fondo de maquillaje night-proof All Hours Foundation de YSL Beauté. DARÍO VÁZQUEZ


¿Aún no sientes Los Ángeles como tu casa?
Después de tres años allí, ahora mismo es cuando mejor me siento. Estoy disfrutando mucho de mí misma como mujer, me siento superrealizada y orgullosa; conozco gente maravillosa y talentosísima con la que puedo hablar de cine, de proyectos en el futuro. Tengo amigos, pero fue duro: primero me fui de Cuba y dejé a la familia y a los amigos. Ok, me voy a España y, después de ocho años, cuando ya tenía mis nuevos amigos y una nueva familia que había elegido, otra vez me voy, y lleva tiempo. Sí, casi se siente casa.
¿Quiénes son tus amigos allí?
Para empezar, tengo a mi equipo en el que confío plenamente, me apoya y entiende qué quiero hacer y quién soy yo personalmente... tengo una relación muy cercana con ellos. Además, Jonathan [Jakubowicz], Edgar Ramírez, Keanu Reeves o ahora Denis [Villeneuve, director de la nueva Blade runner] son muy cercanos. Gente a la que admiro mucho y me ha dado muy buenos consejos. Me han ayudado a ser paciente y a entender que esto es una carrera de fondo, que tienes que tomártelo con calma, y ser más inteligente que agresiva.
¿Y con Ryan Gosling tienes relación?
¿Te parece poco haber pasado tres días en la Comic-Con juntos, más todo el tourpromocional? [risas].
El test Voight-Kampff, que inventó Philp K. Dick en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? para saber si alguien es replicante o humano, no funcionaría con Ana de Armas. Primero nos reunimos con ella en Barcelona, en la presentación mundial de Blade runner 2049, en las primeras entrevistas con prensa de todo el mundo. La actriz está exultante, derrocha energía y sentido del humor tanto hablando en un perfecto inglés (más perfecto aún sabiendo que lo ha aprendido en los tres años que lleva en Los Ángeles) como en español. Abre mucho sus ojos cuando habla y sus iris de color miel casi verdes no paran de moverse. La maquinita de Blade runner se habría vuelto loca. Y no es porque tome mil cafés al día… La siguiente vez que la vemos, en esta sesión de fotos futurista trash, pide solo zumo de naranja: "Es mi cafeína", dice. Y así evita el azúcar que se echa "hasta formar isla en el café". "Tomo mucha, supongo que es algo que me queda de Cuba". De allí también le queda una actitud llena de optimismo y lucha. "No sé qué fue lo que me hizo lanzarme a irme de mi casa y luego de España, supongo que mi familia, mis valores", reflexiona.












Nuestra chica de portada posa con vestido de Versace y abrigo peludo de Emilio Pucci. El secreto de su make up fiestero es la máscara Volume Effet Faux Cils the Shock Waterproof de YSL Beauté. Riza las pestañas dejándolas perfectas todo el día. Con la Palette Couture Variation Lèvres et Yeux de YSL Beauté se consigue esa mirada ahumada tan rockera.
Nuestra chica de portada posa con vestido de Versace y abrigo peludo de Emilio Pucci. El secreto de su make up fiestero es la máscara Volume Effet Faux Cils the Shock Waterproof de YSL Beauté. Riza las pestañas dejándolas perfectas todo el día. Con la Palette Couture Variation Lèvres et Yeux de YSL Beauté se consigue esa mirada ahumada tan rockera. DARÍO VÁZQUEZ


LÁGRIMAS EN LA LLUVIA
Blade Runner 2049, como su predecesora, hablará de la memoria, de nuestros recuerdos, y de cómo pueden acabar conformando la identidad humana. 35 años separan las dos historias y la secuela promete dar respuestas a todas las preguntas que planteó Ridley Scott con Rick Deckard. De hecho, el argumento (por ahora desvelado) es que el nuevo protagonista, el Agente K (Ryan Gosling), va en busca de Deckard (de nuevo Harrison Ford) para hallar esas respuestas, esos recuerdos perdidos en el tiempo. Un poco como le pasa a Ana, que no recuerda muy bien cuándo vio la película original. Aquí pincharía en el test.
¿Cuál es tu primer recuerdo cinéfilo?
No sé [piensa un momento]. Me viene a la cabeza Tiburón. De pequeña me encantaban las películas de terror. Y supongo que el cine sí debió tener influencia en mí para decidir que quería ser actriz, porque recuerdo que, después de ver alguna de esas películas con mi abuela en Cuba, siempre me iba delante del espejo y repetía las escenas.
¿Recuerdas qué te pareció Blade Runner la primera vez que la viste?
Ni siquiera había nacido cuando se estrenó, y no recuerdo cuándo la vi, seguramente fue en Cuba cuando era muy pequeña. Pero cuando me dieron este papel volví a verla, obviamente, la vi muchas veces, y sentí distintas experiencias, más aún cuando tienes la continuación en tus manos. Es increíble pensar que 35 años después vas a ser parte de ese clásico que ha crecido con los años. Ridley fue un visionario: en 1982 habló del futuro, de la humanidad, de la tecnología, y creo que por lo que se convirtió en algo tan importante fue porque lo que planteaba podría ser algo real, podríamos ir en esa dirección. Y ahora estos nuevos personajes añaden un valor y un significado a la primera.
¿Qué añade Joi, tu personaje?
Denis Villeneuve dice que es el más complejo de todos. Es una mujer muy especial. Es muy valiente, apasionada, real, emocional. Es muy importante en la vida de K: es su mejor amiga, su amante, su mayor fan, está ahí para apoyarle. Es fuerte emocionalmente. Tiene un arco en la película increíble, ves cómo se va transformando, cómo cambia de parecer. A veces lo más difícil no es mantenerte en tu posición sino ser flexible, aprender de las cosas, moldearte con las situaciones.











El futuro es de neón. Ana paraliza el tiempo con vestido túnica de Gucci y una mirada y labios vibrantes gracias a la Palette Couture Variation Lèvres et Yeux de YSL Beauté. Sobre un base oscura, el tono bronce N55 de La Laque Couture de YSL Beauté.
El futuro es de neón. Ana paraliza el tiempo con vestido túnica de Gucci y una mirada y labios vibrantes gracias a la Palette Couture Variation Lèvres et Yeux de YSL Beauté. Sobre un base oscura, el tono bronce N55 de La Laque Couture de YSL Beauté. DARÍO VÁZQUEZ


Joi, además, tiene el mismo acento que tiene Ana de Armas hablando en inglés. Desde el momento en que la eligieron para interpretar a esta mujer que acompaña al Agente K, le dijeron que fuera ella misma. Un triunfo personal y un gran logro para las latinas de Hollywood: perder el miedo a ser una misma, rechazar etiquetas.
Para ella, el estereotipo de latina en Hollywood ha sido más difícil de pelear, y aún lo es. Es cubana blanca, con ojos claros. "No soy una Sofía Vergara, tienen todavía muchos prejuicios, a veces subestiman a la audiencia y piensan que no es creíble que puedas interpretar otros papeles, que no les va a encajar y van a lo seguro en vez de arriesgar", se queja. "Es un buen momento en Hollywood, están cambiando cosas, pero aún hay mucho por hacer y la conversación tiene que mantenerse viva".
Por suerte para ella, Denis Villeneuve y los productores de Blade runner 2049 sí decidieron arriesgar y apostar por ella.Ahora lo cuenta orgullosa, pero costó mucho que la admitieran incluso en el casting. "Supongo que tenían otra idea muy distinta para mi personaje", dice. Al equipo de la actriz le dio igual y peleó y peleó porque, al menos, Villeneuve la viera en la audición. Acabó viéndola en tres, la última con Gosling, y le dieron el papel. "Por lo menos que te consideren ya es mucho, a veces me parece más importante tener como mínimo la oportunidad de que te llamen para un casting, estar ahí… Aunque no te cojan, en algún momento te cogerán. No puedes desesperar, tienes que disfrutar y ser paciente".








Es un poco lo que contaba La la land: todas esas pruebas, todos esos "noes". Y ahora Ana de Armas está como en ese momento del final del musical de Emma Stone, a punto de estrenar Blade runner 2049, a punto de convertirse en una estrella más en la Ciudad de las Estrellas. "Nunca se sabe del todo, pero pase lo que pase, como actriz y a nivel personal, esto es un antes y después: esos cinco meses rodando en Budapest con Denis y Ryan han sido un aprendizaje enorme", dice. "La gente solo sabe todos los 'síes', pero he oído muchos 'noes'. De hecho, cuando hice la prueba para Blade Runner estaba en un momento en que no me salía nada, por el tema del acento, que eres cubana pero no pareces cubana… Después de la tercera prueba con Denis y Ryan tardaron en llamarme y yo estaba convencida de que me iban a decir que no por las mismas razones que llevaba oyendo meses", continúa. "Para mí fue totalmente inesperado haber roto esa barrera con esta película porque normalmente te dan la oportunidad de ser tú misma en una más pequeñita, pero con una película así que te digan 'te queremos como eres, está bien que seas así, que tengas acento' para mí fue muy loco. No me lo creía".











Entre maquinaria pesada, Ana nos seduce con abrigo de Philosophy, top rosa de Véronique Leroy y falda bordada de Alexa Chung. Las botas glitter son de Kling. Tras el brillo eclipsante de su rostro se esconde All Hours Primer de YSL Beauté, una base que garantiza un acabado perfecto de la piel. Los labios jugosos de la actriz se intensifican con el efecto perlado de Rouge Volupté Shine N62 Turbulent Pink de YSL Beauté.
Entre maquinaria pesada, Ana nos seduce con abrigo de Philosophy, top rosa de Véronique Leroy y falda bordada de Alexa Chung. Las botas glitter son de Kling. Tras el brillo eclipsante de su rostro se esconde All Hours Primer de YSL Beauté, una base que garantiza un acabado perfecto de la piel. Los labios jugosos de la actriz se intensifican con el efecto perlado de Rouge Volupté Shine N62 Turbulent Pink de YSL Beauté. DARÍO VÁZQUEZ


HE VISTO COSAS QUE NO CREERÍAIS
En Budapest construyeron los mundos de Blade runnersets físicos en los que Roger Deakins ejercía su magia para conseguir la sensación de realidad que buscaba Denis Villeneuve. "Estar en esos sets, el vestuario, las luces de Roger, la niebla… era alucinante; y, de pronto, aparece Harrison Ford y te transportas, porque él es Blade runner. Fue una experiencia muy surrealista, él trae el espíritu de la original a nuestra película, y fue alucinante".
















"Fue muy loco que en una película tan grande me dejasen ser yo misma"



¿Cómo fue trabajar con él?
Siempre estaba muy preocupado por mí. "¿Tienes frío? ¿Estás cómoda? ¿Tienes hambre?". "¿Está bien?", le preguntaba a otros [risas]. Fue muy dulce, y siempre le respondía: "Estoy bien". Y me decía: "Qué profesional eres".
¿Y Ryan Gosling?
Es un compañero de ensueño. Los cinco meses de rodaje fueron muy intensos y él lo hizo muy fácil. Denis y él me hicieron sentirme parte, me dejaban proponer. Había días que pasábamos horas los tres solos y Roger Deakins en el setprobando distintas versiones de las escenas hasta que encontrábamos lo que queríamos.
Ha sido un cursillo intensivo de interpretación, de Hollywood y de cine. Uno que le servirá para seguir creciendo allí y quizá un día para volver, porque como Penélope Cruz o Antonio Banderas antes que ella, espera volver. "Pero aún hoy no recibo ninguna llamada o propuesta de España. No sé si todavía no ven la transición de adolescente a mujer o creen que no soy capaz de tener un rol importante, o cargar con una película o saber gestionar una producción de este tamaño, o si piensan que voy a decir que no y ni siquiera lo intentan, pero me pone muy triste porque hay directores increíbles. Y yo seguiré diciendo, hasta que se me caiga la lengua: 'Estoy disponible, aquí estoy".






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