viernes, 26 de octubre de 2018

El indescifrable enigma de Freddie Mercury

Freddy Mercury




El indescifrable enigma de Freddie Mercury


La película 'Bohemian Rhapsody' repasa la vida del vocalista de Queen y expone su soledad, sus excesos e incertidumbres


Rafa de Miguel
Londres, 25 de octubre de 2018

Hay algo engañoso y difícil de capturar en Bohemian Rhapsody, la canción de la banda británica Queen compuesta por Freddie Mercury para el álbum A Night in the Opera (EMI, 1975). Millones de personas conocen de memoria sus cambios de tono y ritmo, sus extravagantes coros y falsetes y el pegadizo riff de la guitarra de Brian May. Y sin embargo, cualquiera que intente hacerse con ella en una noche de alcohol y karaoke se enfrentará inevitablemente al fracaso.
Algo parecido les ha ocurrido a la mayoría de críticos de cine londinenses después de ver el estreno del biopic del mismo nombre. La categoría de leyenda de Queen, y especialmente de Freddie Mercury, había generado un doble engaño en la ansiosa espera de una película, accidentada en su rodaje y que ha tardado diez años en ver la luz. Los logros musicales del grupo son indiscutibles. La personalidad carismática de Mercury, con su trágico final víctima del SIDA, también.
Freddy Mercury

Los ingredientes eran perfectos para una historia épica. El estreno ha dejado un regusto plano y prescindible. “Si la intención de este film era que salieras del cine y comenzaras a descargarte la increíble música de esta banda (y eso es efectivamente lo que hizo este crítico), lo han conseguido. Pero si esperaban algo más que una versión teñida de rosa del que podría haber sido uno de los biopics más interesantes y conmovedores de todos los tiempos, tengan cuidado: lo disfruté, pero esto no es la vida real, es más bien fantasía”, escribía el crítico James East en el diario The Sun, parafraseando en sus últimas palabras una de las líneas más famosas de la canción.






Freddie Mercury, en un concierto a finales de los ochenta.ampliar foto
Freddie Mercury, en un concierto a finales de los ochenta.  GETTY


Solo se salva de la sensación de mediocridad generalizada el actor de ascendencia egipcia Rami Malek, que consigue personificar, si no el magnetismo de Freddie Mercury, al menos su explosividad en el escenario y su imagen inigualable. No así su voz. Han sido necesarias componendas en el estudio de grabación para poder transmitir una intensidad similar.
El primer actor elegido fue el cómico Sacha Baron Cohen —quién no ha pensado alguna vez en su asombroso parecido con Mercury—, pero desavenencias con los componentes aún vivos de Queen le hicieron abandonar el proyecto. Lo mismo pasó con Ben Wishaw, la segunda opción. También hubo cambio de director. Y todas estas vicisitudes llevan a la conclusión de que la película nunca acabó de tener una idea clara de lo que se quería contar.
Bohemian Rhapsody expone la soledad, los excesos y las incertidumbres de Mercury. Y su noviazgo, primero, y amor platónico después, con Mary Austin, que interpreta la actriz Lucy Bointon. El énfasis en ese amor, que fue real y se mantuvo hasta el final (Austin heredó la mansión y la fortuna del cantante) ha creado revuelo en las redes sociales: muchos han querido ver un intento de camuflar la homosexualidad de Mercury. La película no oculta, sin embargo, ninguna de sus pasiones, pero deja una sensación a la mayoría de los críticos de objetivo no cumplido. Podía extraerse algo más de aquel provocador que llegó a decir: “Soy capaz de acostarme con cualquier cosa, hombre, mujer o gato”.
Más bien se trataba de sacar nuevo rédito a un éxito que sigue prolongándose durante décadas. Una película “perfectamente adecuada”, escribía el crítico de la BBC. Y perfectamente prescindible, según el consenso del resto de expertos.



RAMI MALEK: DE CHICO ROBOT A ESTRELLA DEL 'ROCK'


A sus 37 años, el currículum de Rami Malek no es tan extenso como meteórico. Nacido en Los Ángeles (California) de padres egipcios, empezó su carrera con un papel secundario en series como Las chicas Gilmore (que se emitió en EE UU de 2000 a 2007) y Medium (de 2005 a 2009), y curiosamente su primer personaje en cine fue como faraón en Noche en el museo (2006). Su gran oportunidad llegó en 2015, cuando logró el papel protagonista para la celebrada serie Mr. Robot, en la que interpreta a un pirata informático, personaje por el que ganó un premio Emmy y cuya cuarta y última temporada estrenará en 2019. Su transformación en el gran Mercury supone un momento cumbre de su carrera. Un personaje con el que se siente identificado, como él mismo explicaba en una entrevista en la revista ICON: "Sé que nuestros hogares fueron diferentes, pero como hijo de familia de inmigrantes puedo entender a un joven nacido en Zanzíbar [Mercury], criado desde los dos años en internados en Bombay y forzado a emigrar a Londres. Sé lo que es hablar un idioma distinto y comer otra comida de puertas adentro. Sé lo que es ser diferente".

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