viernes, 31 de enero de 2014

Rihanna y Shakira en la cama / Can´t Remember to forget You


Shakira y Rihanna se acarician en la cama en su último "videoclip"

El video de la canción Can´t Remember to Forget You es un derroche de sensualidad

Las palabras faltan para definir el video del tema Can't remember to forget you que interpretan a dúo Rihanna y Shakira. Movimientos de caderas, imágenes de playas paradisiacas, sábanas de raso y una cama compartida por las dos cantantes completan este derroche de sensualidad y química.

Cuando el "single" adelanto del próximo trabajo de Shakira vio la luz a mediados de este mes de enero ya se especulaba sobre el contenido del video que ilustraría esa historia de amor frustrado que es parte de Can't remember to forget you (No me acuerdo de olvidarte).

Se esperaba que el erotismo fuese ingrediente ineludible en el video, pero las imágenes superan todas las expectativas. Una dulce e inocente Shakira, que baila sobre unas sábanas de raso blanco, se transforma en una provocativa mujer cuyo ajustado "body" negro deja poco lugar a la imaginación.

En otro fotograma del video se la ve surgiendo de unas aguas tocadas por una luz roja. Le acompaña en este video una elegante Rihanna, que aparece vestida con un sobrio diseño negro de cuello alto que deja sus largas piernas al descubierto.

El momento más álgido llega cuando ambas juegan tumbadas en una cama y se acarician. La sensualidad de las caderas más famosas del panorama musical, las de Shakira, se mezcla con el exotismo de Rihanna en este dueto ganador que fusiona en Can't remember to forget you ritmos reggae, ska y pop.
La de Barranquilla aporta el matiz más "rock" con una escena en la que toca su inseparable guitarra. El tema formará parte del próximo trabajo de Shakira, que previsiblemente verá la luz en marzo.

En esta colaboración con Rihanna se conjugan dos estilos muy diferentes de artista (y de mujer) que, sin embargo, logran un cóctel explosivo más comprensible después de ver el video, un trabajo que adelantó Shakira en su cuenta oficial de Twitter.

Ambas son tan espectaculares que podrían haberse eclipsado la una a la otra con este dueto, pero lo cierto es que las dos brillan con luz propia en este adelanto tan espectacular que se sitúo en el número uno de la aplicación "iTunes" en decenas de países en muy pocos días.

Shakira, ganadora de dos Grammy y ocho Grammy latino, comentó, antes del estreno del Párrafo Subtítulo tema, que Rihanna le parecía "la mujer más sexy del planeta", y que había aprovechado para aprender de ella "algunos pasos de baile".








DE OTROS MUNDOS

DRAGON





José Emilio Pacheco / Aceleración de la historia

Escher

José Emilio Pacheco
Aceleración de la historia

Escribo unas palabras
                                        y al mismo
ya dicen otra cosa
                                 significan
una intención distinta
                                       son ya dóciles
al Carbono 14
                         Criptogramas
de un pueblo remotísimo
                                            que busca
la escritura en tinieblas.








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José Emilio Pacheco / Literatura y realidad


José Emilio Pacheco

Literatura y realidad

El tremendismo de la realidad,
Su incurable tendencia
Al melodrama y a lo absurdo.
La realidad es psicópata:
Jamás se compadece de sus víctimas.
Hace trampa al jugar con la esperanza.
Todo lo escribe mal con letras chuecas.
Llenas de errores de sintaxis.
Ignora el ritmo, el tono, la armonía.
Confunde los papeles asignados.
Olvida lo que dijo en la otra página.
Debería entrar en un taller literario,
Aprender cuando menos rudimentos
De verosimilitud, coherencia y orden.
Sin embargo posee en alto grado
Una virtud artística suprema:
No se repite nunca,
Siempre es nueva,
Siempre nos deja con la boca abierta.


José Emilio Pacheco
Como la lluvia
Editorial Visor, colección Palabra de honor
Madrid, 2009





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José Emilio Pacheco / Caverna

Ojos
Matatlán, Oaxaca, México, 2012
Foto de Triunfo Arciniegas
José Emilio Pacheco
Caverna

Es verdad que los muertos tampoco duran
Ni siquiera la muerte permanece
Todo vuelve a ser polvo

Pero la cueva preservó su entierro

Aquí están alineados 
cada uno con su ofrenda
los huesos dueños de una historia secreta

Aquí sabemos a qué sabe la muerte
Aquí sabemos lo que sabe la muerte
La piedra le dio vida a esta muerte
La piedra se hizo lava de muerte

Todo está muerto
En esta cueva ni siquiera vive la muerte

De "Islas a la deriva, 1973-1975"






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José Emilio Pacheco / Copos de nieve sobre Wivenhoe


José Emilio Pacheco

Copos de nieve sobre Wivenhoe

Entrecruzados
caen,
se aglomeran
y un segundo después
se han dispersado.
Caen y dejan caer
a la caída.
Inmateriales
astros
intangibles;
infinitos,
planetas en desplome.





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José Emilio Pacheco / Traduttore, traditore

Obra de Ernesto Bertani

José Emilio Pacheco
TRADUTTORE, TRADITORE


Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero
Los náufragos
Aprendieron la lengua maya
Hicieron vida con la tribu
Gonzalo
Tuvo mujer y engendró hijos
Jerónimo
Exorcizó todo contacto rezó el rosario
Para ahuyentar las tentaciones
Asceta
Roído por la fiebre del misticismo

Llegó Cortés y supo de los náufragos
Gonzalo
Renunció a España
Y peleó como maya entre los mayas
Jerónimo
Se incorporó a los invasores
Sabía la lengua
Pudo entenderse con Malinche
Que hablaba
Maya también y mexicano

A estos traductores
Debemos en gran parte el mestizaje
La conquista y la colonia
Y este enredo
Llamado México
Y la pugna de indigenismo e hispanismo.




José Emilio Pacheco / Alta traición

Paloma
Xalapa, México, 2012
Fotografía de Triunfo Arciniegas
José Emilio Pacheco
Alta traición

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
     es inasible.
Pero (aunque suene mal)
     daría la vida
por diez lugares suyos,
     cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
     fortalezas,
una ciudad deshecha,
     gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
     montañas
-y tres o cuatro ríos.







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José Emilio Pacheco / A quien pueda interesar


José Emilio Pacheco
A quien pueda interesar

Que otros hagan aún
    el gran poema
los libros unitarios
    las rotundas
obras que sean espejo
    de armonía

A mí sólo me importa
    el testimonio
del momento que pasa
    las palabras
que dicta en su fluir
    el tiempo en vuelo

La poesía que busco
    es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida







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José Emilio Pacheco / Antiguos compañeros se reunen

High Risk, 1994
 Ernesto Bertani
José Emilio Pacheco
ANTIGUOS COMPAÑEROS SE REÚNEN

Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años.


El regreso de Tomi Ungerer


Ilustración de Tomi Ungerer


El regreso de Tomi Ungerer

Por:  31 de enero de 2014




Tomi  Ungerer
Tomi Ungerer, en un retrato de 2000.

El regreso de Tomi Ungerer

Por Virginia Collera 
31 de enero de 2014

El ilustrador Tomi Ungerer dedicó su último libro El hombre niebla –elegido por los expertos de Babelia como el mejor álbum ilustrado de 2013– a Irlanda, país en el que vive apaciblemente desde 1976. Seis años abandonaba Estados Unidos en un exilio forzoso.
Pero empecemos por el principio.
En la veintena, Tomi Ungerer (Estrasburgo, 1931) se mudó a Nueva York en 1956 –le fascinaba la cultura estadounidense- con 60 dólares en el bolsillo y “un baúl lleno de dibujos y manuscritos”. Sus trabajos no tardaron en aparecer en cabeceras como EsquireLifeHarper’s BazaarThe Village VoiceThe New York Times y tan solo un año después de su desembarco publicaba el libro para niños The Mellops go Flying. En el siguiente lustro terminaría la saga de los Mellops y firmaría cuatro títulos más, todos ellos protagonizados por personajes improbables para la época: Críctor –una boa constrictor–, Adelaida –una cangura voladora–, Emil –un pulpo–, Rufus –un murciélago– o Los tres bandidos  –a los que una niña huérfana mete en vereda–.
Ungerer creció en la Alemania de Hitler y en los sesenta fue muy activo políticamente, pero en el origen de ese exilio no están los legendarios carteles que creó defendiendo los derechos civiles y rechazando la guerra de Vietman -al tiempo que acumulaba elogios entre la prensa especializada en literatura infantil-, sino sus dibujos y libros eróticos como Fornicon o el kamasutra batracio The joy of frogs.

Kiss for peace
'Kiss for peace' (1967) de Tomi Ungerer.

Collage_Fornicon
Ilustraciones de 'Fornicon'. Fuente: Un rincón de sombra
En pleno éxito de crítica y ventas, Ungerer asistió a un congreso literario en el que, además de celebrar su talento, le preguntaron por su obra erótica... Ahí empezó la pesadilla. Sus libros empezaron a desaparecer de las estanterías de librerías y bibliotecas. Su fama crecía imparable en Europa y Japón, pero Estados Unidos no le perdonaba sus pervesiones ilustradas. El propio Ungerer habla sobre el episodio en el documental -financiado gracias a Kickstarter- La historia de Tomi Ungerer (que se puede ver en Canal Plus Extra y Yomvi).
En 2008 la exquisita editorial Phaidon se propuso reivindicar a un autor fundamental en la literatura infantil -según Maurice Sendak, Ungerer era "un genio"- con la reedición en inglés de casi la totalidad de su bibliografía (en Estados Unidos seguía descatalogada).
En español la obra de Ungerer está repartida en varias editoriales -Anaya, Lóguez, Ekaré, Libros del Zorro Rojo- y Kalandraka acaba de recuperar Adelaida, la historia de la cangura voladora a la que no le importa ser diferente.



Adelaida de Tomi Ungerer está editado por Kalandraka. La historia de Tomi Ungerertodavía puede verse en Canal Plus Extra y está disponible en Yomvi.



jueves, 30 de enero de 2014

José Emilio Pacheco / Una obra siempre abierta


José Emilio Pacheco, 

una obra siempre abierta

El director del Fondo de Cultura Económica recuerda la manera en que el escritor mexicano dedicó toda su vida a la literatura




José Emilio Pacheco visto por Loredano.
Desde que hace casi sesenta años, a los 16, empezó su actividad literaria, José Emilio Pacheco no paró de escribir, editar, traducir, ni dejó de producir ensayo, poesía, novela, cuentos. Tampoco dejó de leerlo todo.
No tendría él más 22 o 23 años, en los primeros sesenta del siglo pasado, cuando lo conocí -yo de estudiante, unos años menor- en el décimo piso de la rectoría de la Universidad Autónoma de México, donde ya escribía para la Revista de la Universidad, de la que era secretario de redacción, brillantes crónicas literarias derivadas de sus acuciosas lecturas de lo más actual o lo más trascendente de la literatura nacional e internacional. Eran la primera expresión de la que sería su columna Inventario, que publicó en la revista Proceso hasta la víspera de su muerte. Y ésta fue precisamente un texto dedicado a la muerte del poeta argentino Juan Gelman.
Y entre su muerte y la de Gelman, parecerían quedar ilustradas sus tajantes afirmaciones hechas hace unos años al poeta Hernán Bravo Varela sobre la fugacidad y la devastación del paso del tiempo, que está en el centro de la poética: “Estamos aquí porque desaparecieron los que estaban antes. Nos vamos para que otros ocupen nuestro lugar”. O, más coloquial o proféticamente, al saber de la muerte de otro allegado, Pacheco respondía que en ese momento no pensaba : “Qué alivio, me salvé, al menos por ahora no fui yo”. "Al contrario, decía, tengo la certeza de ser el próximo en la lista”.
La de él fue una vida dedicada palmo a palmo a la literatura. Autor de uno de los más altos legados de las letras mexicanas, su obra --que incluye todos los géneros-- es una obra abierta. En efecto, si en vida del escritor, su obra se mantuvo abierta a la re escritura a que la sometió hasta su último aliento, esa obra también ha estado y permanecerá abierta a las lecturas más diversas de generaciones de lectores del mundo hispano.
Por ejemplo, su novela Las batallas en el desierto ha conectado por décadas con los lectores de todas las latitudes del libro en español. Desde los contemporáneos de José Emilio, como yo, hasta nuestros hijos y ahora nuestros nietos, nos hemos encontrado en sus atmósferas, no importa si lo leemos en la capital mexicana o en Madrid, en Monterrey o en Barcelona. Una lectora española le señaló conexiones con la serie de tele de su país Cuéntame como pasó.
Su trabajo periodístico solía rebasar los lindes tradicionales de ‘lo cultural’. Hace ya más de 40 años, como jefe de redacción de La Cultura en México, el suplemento que dirigía Fernando Benítez en la revistaSiempre, me pidió una colaboración sobre el ataque de un grupo paramilitar a una manifestación estudiantil, el jueves de Corpus de 1971. Y la revisión que hizo de este y otros textos dedicados a aquel episodio me dejaron en claro que había leído hasta la ultima crónica de las secciones policiales sobre el hecho.
Hace pocas semanas lo saludé en el acto por los 70 años de El Colegio Nacional, donde leyó un discurso a la vez sólido y emocionado. Me pidió que le enviara copias de las reediciones de su obra, tanto del Fondo de Cultura Económica de México, como de la filial española. Seguro pensaba reescribirlas para los nuevos lectores que seguirán leyendo sus nuevas ediciones.
* José Carreño Carlón, es director general del Fondo de Cultura Económica




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